Son ciertos temas musicales estridentes, salidos de tono, con mensajes desagradables, poco edificantes, carentes de todo; dan a entender eso, ocasionando riñas o malestar.
Estoy de acuerdo que cada generación es alimentada musicalmente por melodías para las mismas. Yo no podría decirle a mis hijos y a la juventud actual que escuchen a Ricardo Ray y a Bobby Cruz, solo porque me gusta su música; además de tener buena amistad con ellos; pero en cuanto a la actual degradación musical de algunos exponentes, es a donde le apunto. Un ejemplo de un grupo musical y uno de sus temas, no lo mencionaré, fue vetado en Panamá y en Colombia se oía y repetía por doquier. Hoy, algunas “canciones” rayan en la vulgaridad y en eso se han especializados esos “grupos musicales”, produciendo solo infatuación.
Preguntamos: ¿Qué mensajes envían estos nuevos ritmos a la juventud actual? De allí que muchos padres de familia prohíban rotundamente a sus hijos bailar estos géneros musicales o los consideren de mal gusto. A diferencia de antaño, cuando la música romántica selecta, se constituía en el común denominar por la armonía de las voces de sus intérpretes, por los mensajes que contenían dichas canciones y que daban a entender una expresión llena de valor: “si se calla el cantor, calla la vida”; melodías esas que ponían a reflexionar al oyente, no solo en la música protesta, baladas, salsa y otros; en síntesis, lo que expresamos en este escrito es que hoy nos hemos alejado habitualmente de la verdadera esencia que era para algunos como un bálsamo curativo; basta ya que el género vallenato se dedique solamente a las mujeres, la parranda y el ron, cuando existen verdaderos exponentes de ritmos como el paseo, son, merengue y puya que deben resurgir, para constituirse en valioso instrumento con el fin que nos estructuremos y seamos mejores.
Bajo esta contextualización es preciso recordar que en décadas pasadas recientes y mucho antes, existió una formidable expresión del género musical en todo el territorio colombiano, integrado por artistas de categoría, exponentes de diferentes ritmos entre ellos el romántico; quién no recuerda cuando sonaban estas melodiosas obras de arte que llegaban al corazón y se convirtieron en instrumento de los enamorados, en notas de relax.
La música romántica se incorporó de manera general en personas académicas, profesionales que la defendían a capa y espada; pero, hoy da grima que esta generación o nueva ola como la llaman, no expresa ni sabe absolutamente nada sobre estos vanguardistas de nuestra expresión cultural, sino que tienen la tendencia de amoldarse por melodías aceleradas, propias de ciertos ritmos, criticados duramente por el contenido de sus letras protervas, que incitan a la niñez y bebés; ya se puede ver de manera anticipada las expresiones corporales y movimientos dancísticos que realizan, que pareciesen hacer otra cosa.
Hoy, temas que salieron hace varias décadas se consideran inolvidables; en la actualidad salen temas al mercado musical y a los pocos días ya pasaron a la historia; son solo flor de un día.