Teniendo en cuenta que en varias zonas del país se preparan para la siembra del primer semestre, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, el sector arrocero y las autoridades hicieron un llamado de alerta a los productores de arroz para que compren semilla legal, eviten pérdidas en la producción y poner en riesgo la producción nacional.
Cifras de Acosemillas indican que en el 2018 la siembra de semilla ilegal de arroz pasó a ser del 80 %, lo que generó bajo rendimiento, reducción en la cosecha, mayor gasto de agroquímicos, pérdida de competitividad y altos riesgos en la sanidad de los cultivos.
Es así como de 500.924 hectáreas sembradas de arroz en la vigencia pasada sólo 106.854 hectáreas, es decir el 20 %, fueron de semilla certificada.
“Es preocupante la situación que se está presentando por el incremento de uso de semilla ilegal en el sector arrocero, porque las perdidas están cercanas a los 213 mil millones de pesos y este hecho conlleva a que se vea afectado el intercambio de semillas hacia otros países y que el riesgo fitosanitario sea mayor”, dijo la gerente del ICA, Deyanira Barrero.
La producción de semilla certificada es un proceso de control de generaciones, cumpliendo los requisitos específicos mínimos de calidad que establece el ICA, como autoridad fitosanitaria, para cada especie y categoría de semillas para que el agricultor tenga un material con la calidad genética, física, fisiológica y fitosanitaria permitida, la cual debe ser declarada por el productor de semillas debidamente registrado.
Para Leonardo Ariza, gerente general de Acosemillas, “una de las formas para combatir este hecho de ilegalidad que cada día va en aumento es incentivar a través de campañas de promoción y educación el uso de la semilla certificada, puesto que esta contribuye a la generación de empleo, a la formalización del sector, a la sanidad agrícola, pero sobre todo al desarrollo competitivo de la agricultura del país, al lograr mayores rendimientos y mejor calidad en las cosechas”.
En el caso del Cesar, según dijo el presidente de los arroceros, José Ramón Molina, el problema está en que el productor utiliza la semilla de campo, a fin de bajar los costo.
“La gente considera que los costos son muy altos y se somete a utilizar semillas de campo, que son la que toman de sus cultivos a la cual le hacen algunos controles para la siembra”, dijo Molina.
BENEFICIOS DE LA SEMILLA CERTIFICADA
La semilla certificada tiene varios beneficios como:
Favorece un rápido y uniforme establecimiento en campo.
Permite una población adecuada de plantas con muy buena germinación.
Genera un cultivo libre de organismos patógenos, es decir, cuenta con la sanidad.
No tiene contaminantes varietales, es decir, son semillas puras.
Está exenta de semillas de malezas, lo que evita el uso de plaguicidas.
Permite la expresión del potencial genético propio de la variedad.
Incrementa la productividad y da estabilidad al rendimiento.
Conserva la calidad de la variedad al ser genéticamente pura.
Mayor porcentaje de germinación y vigor.
Mayor utilidad.
Garantiza una Agricultura sostenida.
Por: SANDRA SANTIAGO B. / EL PILÓN
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