Enorme casualidad que esta noticia nos llegue tres días antes de que se cumplan los temidos 20 años del crimen, con el fantasma de la prescripción a cuestas. El homicidio de Guzmán Quintero Torres fue declarado de lesa humanidad, lo que permitirá seguir en la búsqueda de los autores intelectuales, y quizá materiales del hecho cometido el 16 de septiembre de 1999.
Varias reflexiones debemos hacer al respecto. Este caso ha sido un emblema de nuestra lucha por la justicia para aquellos que dan la vida en defensa del oficio. Hace unos dos meses decidimos publicar en nuestra portada, todos los días, una imagen de Guzmán en la parte alta, y esperábamos retirarla este 16 cuando se cumplen los 20 años de aquella fatídica noche en el centro de Valledupar, y esperábamos hacerlo con la noticia de esta declaratoria que hoy la Fiscalía 77, de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, nos entrega.
Debemos recordar que esta declaratoria es apenas el punto de partida para un nuevo camino que puede ser largo. Pero por lo menos sabemos, nada frenará la búsqueda que ojalá tenga frutos. En primer lugar porque con esto se reconoce el factor sistemático del crimen, cometido en virtud del oficio incansable de nuestro jefe de redacción para la época. Bien hace la Fiscalía en resolver esta declaratoria sobre la persona de Guzmán Quintero a quien reconocen no solo como periodista sino también como defensor de derechos humanos.
El pasado jueves, sin imaginarnos este resultado, en la sala de redacción derramamos un par de lágrimas escuchando la narración de Oscar Martínez, periodista y amigo de Guzmán, que lo acompañó hasta los últimos segundos de vida. Martínez insistió en la vocación de servicio de Guzmán, que rompía esquemas en el ejercicio periodístico; este joven periodista iba más allá y se permitía orientar, acompañar y ayudar a las víctimas, por fuera de las páginas, con el objetivo de hallar justicia para ellas.
Un enorme ejemplo que nos dejó y que a través de quienes lo conocieron podemos aprender nosotros, los que ahora seguimos en esta tarea diaria en EL PILÓN.
Sobre los pormenores de este proceso judicial que queda de puertas abiertas ahondaremos en informes siguientes pues esto apenas comienza. Más culpables deben caer y ante eso haremos el trabajo que la comunidad nos ha encomendado.
Amanecemos con un agridulce sabor de boca y la tarea que llevó el caso hasta esta instancia debe continuar sin descanso. Sabemos que la familia Quintero Torres dará la talla, al final de cuentas fue su tenacidad, la de un líder como Yuri Vladimir Quintero, la que permitió este resultado, en palabras del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, firma que tiene el mérito de este gran logro.
“Si por hablar nos matan, que el silencio no sea nuestro suicidio”: Guzmán Quintero Torres.