El Hospital Rosario Pumarejo de López, uno de los centros asistenciales de segundo nivel más importantes del departamento, hoy tiene dos gerencias. Una por cuenta de José Fernández Celedón, designado por el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco y la otra corresponde a Inés Margarita Ospino, designada por el gerente en propiedad, Rubén Sierra Rodríguez, alejado provisionalmente del cargo.
Sierra Rodríguez, tomó ‘las riendas’ del hospital en mayo del año pasado, luego de una batalla jurídica con la gobernación del Cesar, y a través de una tutela consiguió que el gobernador Luis Alberto Monsalvo, lo aceptara como ganador de concurso de méritos y lo posesionara como administrador de esta Empresa Social del Estado, ESE.
La inconformidad de la Administración Departamental no pudo reversar el fallo judicial, no obstante, la misma justicia, nueve meses después, sacó a Sierra Rodríguez del cargo. El pasado 11 de febrero, el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía lo capturó como presunto responsable de los delitos de peculado por apropiación a favor de terceros y contrato sin el lleno de los requisitos legales.
Actualmente, el funcionario tiene detención domiciliaria y mientras se resuelve el lío que tiene con la Fiscalía, nombró en su reemplazo a Inés Margarita Ospino, que venía desempeñándose como subgerente financiera de la entidad que cuenta con 60 empleados de planta y más de 1.000 contratistas.
“Me encarga conforme a lo que dicen los estatutos del hospital a 11 de mayo. Posteriormente, hay una junta directiva donde se estableció que ante la ausencia del gerente, no quedara expreso que el subgerente era quien lo reemplazaba y se modificó que seria reemplazado según la normatividad vigente. Cuando no haya ninguno de los funcionarios de planta que cumpla los requisitos, ahí si le toca al gobernador y al Secretario de Salud designar gerente, de lo contrario no”, precisó la funcionaria.
Al tiempo, el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, como presidente de la junta directiva de este centro asistencial y recurriendo a la modificación de los estatutos, afirmó que con el fin de proveer en el cargo a una persona idónea y mejorar la prestación de los servicios de la ESE, designó a José Fernández Celedón, quien tiene larga experiencia en la Secretaría de Salud Departamental.
“Desde que Rubén Sierra llegó a la gerencia se estableció una serie de conflictos, por lo que yo me aparté de participar muy cerca al hospital, porque la posición de Rubén Sierra fue totalmente opuesta al gobierno departamental”, explicó el mandatario.
Según Monsalvo, la mala relación con Sierra, afectó el apoyo de su administración hacia al hospital.
“No existían lazos entre el gobierno departamental y el hospital, porque el gerente definió hacer la guerra. Es un tema realmente delicado, porque en últimas, quien termina respondiendo por la salud pública en el departamento es el gobernador del Cesar, y si lo gobernadores no tenemos las competencias a la hora de responder por el servicio de la salud a través de los hospitales, sino que al contrario tenemos en los hospitales gente que nos enfrente, no nos queda más que apartarnos del proceso”, agregó.
¿La plata no alcanza?
El presupuesto del Hospital Rosario Pumarejo, aprobado para la vigencia 2014, es de 78 mil millones de pesos, recursos que según la subgerente financiera , Inés Margarita Ospino, no alcanzan y dificulta la gestión debido a las ‘trabas’ que la junta directiva ha puesto a la contratación.
“Con 78 mil millones de pesos no llegamos a septiembre, funcionando a niveles normales, pese a la austeridad que manejamos. La junta directiva ha dado unas facultades para contratar hasta abril. O sea, que si tuviéramos un negocio bueno para asegurar unos precios hasta el final de la vigencia, no podemos hacerlo”, dijo la funcionaria.
Además, denunció que “en una anterior oportunidad que se pudo nombrar un gerente muy del gobernador, en dos días despacharon el presupuesto del 2013 y fue cuando encontramos en mayo, ya el 90 por ciento comprometido”.
La protesta
La sede administrativa del Hospital Rosario Pumarejo de López, permanece cerrada y desde el pasado viernes un grupo de trabajadores directos e indirectos se declararon en Asamblea Permanente protestan con pancartas y arengas, en las afueras de las instalaciones.
Luego del concenso de los trabajadores, determinaron seguir prestando los servicios asistenciales vitales, tales como: urgencias, cirugía, hospitalización, laboratorio clínico, banco de sangre, radiología, UCI adulto y neonatal, farmacia, y recuperación nutricional. Por la tarde atenderán consulta externa y cirugías programadas (excepto la de los pacientes hospitalizados que se seguirán programando de mañana y tarde).
Por su parte, el área administrativa sólo operará la parte de apoyo del sector asistencial (presupuesto y compras para pacientes), y cumplimiento de requerimientos de autoridades competentes administrativos y judiciales con términos preclusivos.
Una de las principales peticiones que hacen los trabajadores directos e indirectos es que se derogue el decreto mediante el cual el gobernador del Cesar encargó como gerente a José Fernández Celedón, porque temen una masacre laboral.
“Nosotros en el hospital necesitamos funcionarios comprometidos, contratistas comprometidos con el servicio y que cumplan sus funciones; en ningún momento el nuevo gerente va a llegar a generar ningún tipo de persecución. El que cumpla sus funciones y su carga laboral no tiene ningún problema”, manifestó el gobernador.
Así las cosas, mañana en audiencia ante de juez de control de garantías, en el Palacio de Justicia de Valledupar, se define el futuro del Rosario Pumarejo, teniendo en cuenta que Rubén Sierra sustentará su solicitud de permiso para trabajar, que de ser aceptada le permitiría volver a su cargo.
CIFRA
7.200 millones de pesos, factura mensualmente el Hospital Rosario Pumarejo de López.