Definitivamente, la llegada a Valledupar del Centro Comercial Guatapurí Plaza marcó un antes y un después de esta capital como ciudad intermedia de Colombia.
Este 5 de septiembre se cumplen 15 años de la puesta en funcionamiento de un complejo comercial constituido por 81.000 metros cuadrados, una torre de 1.004 parqueaderos, y una oferta de 202 locales con usos de comercio, café, gastronomía y servicios. Toda una infraestructura física y arquitectónica que nos ha permitido pensar que Valledupar dejó de ser esa localidad de casitas de bahareques para entrar en el orbe de las grandes ciudades de la costa Caribe.
En estos 15 años es digno resaltar la gran apuesta que, como proyecto de ciudad, ha significado para Valledupar y la región este centro comercial que no solo ayudó a dinamizar la economía, sino que le dio un vuelco al concepto de las zonas comerciales, por ello rápidamente surgieron otros centros de este estilo y en diferentes áreas urbanas de esta capital.
Según se nos informa por sus directivas, Guatapurí plaza ha alcanzado un promedio de 64 millones de visitas, generando más de 30.000 empleos directos e indirectos a lo largo de estos 15 años.
Reiteramos lo dicho en otros editoriales, las grandes inversiones económicas en Valledupar por empresas de afuera siempre serán bien recibidas como una clara demostración de confianza en su gente y en su territorio.
Para Valledupar y su gente es de suma importancia contar con este proyecto de gran superficie que llegó a modernizar el comercio, el desarrollo inmobiliario en la zona norte y el impulso a la generación de empleo y la economía de la región. Allí se congregan 141 marcas nacionales, 58 marcas locales y 7 internacionales, “ofreciendo una mezcla diversa y atractiva de comercio y servicios con la premisa de encontrar todo en un solo lugar”, resalta su gerencia.
También resaltamos el interés de ser escenario de eventos musicales y en general culturales en sus amplios pasillos, y esperamos que retome el interés en promover, dentro de su extensión social, las actividades de preservación del río Guatapurí, participando en el colectivo ambiental de amigos del corazón fluvial de la ciudad.
UNA ÁNGEL DEL HOSPITAL
Es Angélica María Díaz Granados Amaya, una médica de la Universidad del Norte, hoy prestada a la Secretaría de Salud Departamental como profesional especializada, que asistió invitada meritoriamente, por ser la principal gestora en la sombra, para ver el sueño hecho realidad, a la visita la semana pasada del embajador del Japón en Colombia al Rosario Pumarejo con el fin de apreciar el exitoso avance del proyecto de donación de su país de 240 millones de pesos para tamizaje neonatal y detección temprana de cáncer cérvico uterino.
La doctora Angélica, es de aquellas personas que sin pretensión de visibilidad, y reconocimiento desde lo médico y administrativo, como muchos anónimos empleados, han puesto su amor y su trabajo, desde hace 10 años, para salvar vidas y procurar la salud de miles de familias.