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Guacaó: Donde vive la tradición vallenata

Por estos días estoy leyendo el libro ¡Sálvese quien pueda! de Andrés Oppenheimer describe el futuro laboral en la era de la automatización, y me sorprendió que, según expertos en la materia, la atención personalizada en los establecimientos comerciales, que logren subsistir a la era de la automatización, serán aquellos que ofrezcan a su clientela “experiencias memorables” es decir no bastará con ofrecer un producto, porque los clientes podrán comprarlo en línea, será necesario además esforzarse por agradar al cliente de tal suerte que su visita sea una experiencia única, que lo impulse a volver. En ese orden de ideas, ya existen en ciudades como Minnesota, Dubái, Bangkok, centros comerciales con pistas de hielo artificial, para que el cliente practique este deporte mientras compra. No hace mucho, en un conocido centro comercial de esta ciudad, se hizo una pista de hielo donde la gente podía patinar. El experimento, probablemente no dio los resultados esperados, por una sencilla razón, el patinaje sobre el hielo, no es para nosotros, el más popular de los deportes.

Los tiempos modernos exigen nuevas y creativas formas de mercadeo, y la economía naranja es prueba de ello, pues ha sobrepasado sectores tradicionales como el café y la minería, convirtiéndose en un verdadero fenómeno a nivel mundial, pues combina la gastronomía, con las artes convirtiéndose en un sector innovador, con muchas posibilidades a futuro, para lugareños y turistas.

Indiscutiblemente la música vallenata es considerada actualmente como la expresión cultural que identifica a Colombia ante el mundo; pues bien, Guacaó, situado en la calle 14 con carrera 8 del tradicional barrio Cañaguate de Valledupar, es un lugar pensado por y para la salvaguarda del vallenato tradicional, fruto del esfuerzo personal y privado de la familia Llanos Durán, y de muchos compositores, cumpliendo con las recomendaciones expresas de la Unesco al momento de declarar el vallenato como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. Estelita Duran (La novia del Valle), expresa: “Cuando ingresas a ese espacio mágico bajo las estrellas cobijado con un enorme y esplendoroso palo e’ mango que te remonta a tiempos idos, experimentas un encuentro afortunado con el vallenato raizal que te comparte historias, anécdotas y vivencias en el más sencillo jocoso o poético de los lenguajes”.

¿Por qué Guacaó? Sucede que Guacaó es el ave que canta en las estribaciones de la Sierra Nevada, y su canto parece decir Guacaooó, y de ahí surge la idea macondiana del nombre.

Por Darío Arregocés

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