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Greisy Roqueme

No fue paliza, fue la manifestación masiva y democrática de un pueblo agradecido y juicioso que vio el nombre de Greisy Roqueme como la mejor alternativa para regir los destinos de su ciudad, Aguachica, la segunda del Cesar, y así continuar la buena labor que comenzaba a desarrollar su primo Víctor, que prematuramente se lo llevó la parca cuando empezaba como alcalde a desarrollar su programa para convertir la ciudad en la Metrópolis del Sur del Cesar y romper con ella la tradición de las pésimas administraciones que han tenido que soportar desde que se estableció la elección popular de estos funcionarios.

Da pena que Aguachica, que crece paralelamente a Valledupar, todavía carezca de un buen acueducto cuando, exagerando, podemos decir que es un puerto sobre el Magdalena; qué vergüenza que Aguachica, con una posición geográfica privilegiada, con mucha tierra plana, a diferencia de la señorial e histórica Ocaña, no tenga un aeropuerto y solo exista una pista, no sé si en buenas o malas condiciones, donde solo llegan esporádicamente avioncitos. Estoy seguro de que un vuelo diario a Bucaramanga sería exitoso, y con el Valle sería un fracaso, pues sus relaciones comerciales, sociales y en buena parte políticas son con la capital santandereana, y por esa razón desean destetarse y ser la capital del nuevo departamento, al cual deben cambiarle el nombre, pues ellos de Caribe no tienen nada; son wichos puros a quienes nosotros, los caribeños, hemos querido como unos verdaderos hermanos. 

Desde esta tribuna le deseo a Greisy  y a sus colaboradores, con su tío Víctor Roqueme a la cabeza, un futuro promisorio, lleno de éxitos y satisfacciones para que dentro de cuatro años cuando termine le pueda decir a sus coterráneos que les entrega una ciudad pujante, con agua potable suficiente y diaria y un aeropuerto dotado con conexiones a todo el país y parte del exterior. Y no solamente eso, una ciudad donde se derrotó la corrupción y la seguridad campeará como desde hace mucho tiempo no sucedía. Manos a la obra Alcaldesa, a rodearse de los más capaces porque por politiquería eso no ha sucedido y casi siempre llegan los más expertos en malas mañas y triquiñuelas; hay mucha gente buena que han sido excluidas del poder burocrático, por honradas y capaces y a ellos hay que acudir para que los bandidos cesen de exprimir u ordeñar la voluminosa ubre de la rica población morrocoyera. 

Doctora Greisy Roqueme, la tarea que le espera es dura, el potro es cerrero, pero usted lo domará y lo pondrá a caminar dócilmente y vencido su período le diga a sus paisanos: gracias, he cumplido y ahí tienen un acueducto moderno y suficiente, un aeropuerto bien dotado y un pueblo en paz, donde todos vivimos felices.

Qué será de la vida de tantos amigos que tuve en Aguachica, unos vivos, otros muertos, dónde andará Enrique Álvarez, mis primos Nelson Martínez Zuleta y Rafael Aponte Valverde, dónde estará Jairo Gandul, el gran Rigoberto Quiñonez, José Cabiedes, porque sé que Jorge Torrado, Manolo Álvarez, Saúl Guzmán y Joaquín Royero partieron hacia el infinito hace rato. Sé de la vida del doctor Joaquín Ovalle “Joaco” y a veces hablamos por teléfono y por eso sé que no es partidario del nuevo departamento, para él una locura, también he visto por las redes al inacabable Pedro Solano interviniendo activamente en la vida pública y lo vi victorioso en esta última contienda electoral; para ellos, los vivos un fuerte abrazo terrenal y para los que fallecieron otro, pero celestial.

Señor secretario de Tránsito, así como corrieron a reemplazar la señal de tránsito de palo, por favor por qué no lo han hecho con la de la calle 12 con carrera 10, prohibiendo el paso. Evite una tragedia y también la congestión de la calle 11 en Punto Rojo que es necesario convertirla en una sola vía.

Por: José Manuel Aponte Martínez.

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