En silencio, casi de forma imperceptible, el alcalde de Valledupar Augusto ‘Tuto’ Ramírez Uhía y su secretario de gobierno Gonzalo Arzuza, han dado inicio a una serie de acciones que buscan la recuperación integral de los espacios públicos de la ciudad, hoy merced de quienes lo explotan económicamente o aprovechan el desorden y la falta de autoridad en muchas ocasiones para cometer toda clase de arbitrariedades, sólo miremos un poco la carrera 7ª antigua Calle del Cesar.
La primera tarea se concentró en la Plaza Alfonso López, uno de los más emblemáticos de Valledupar, antes de comenzar los trabajos.
Tiempos atrás, acciones similares se habían emprendido sin lograrlo para impedir que aceras, cruces viales, separadores y demás fueran invadidos por ventas informales, escombros, motos, carros mal parqueados, puestos de comida sin un mínimo de seguridad como se ven al lado y frente de las clínicas, hoy se está llevando a cabo.
Sin embargo, la poca o nula intervención de las administraciones anteriores entre ellas la de Fredy Socarrás, la presencia de mafias se fueron adueñando de cada centímetro de andén; la evidencia de explotación laboral y fenómenos de corrupción terminaron por convertir la Carrera 7ª en un punto donde el peatón era lo menos importante. No valía que este tuviera que compartir el espacio vial con los carros o se expusiera a la inseguridad derivada de semejante desorden.
El alcalde ‘Tuto’ Uhía ha advertido a la ciudadanía en general que el espacio peatonal sería privilegio de todos.
Inclusive manifiesto que el espacio público, no tiene que ver solo con el vendedor informal, sobre cuyo número no hay ni siquiera claridad. También deben de dirigirse sus miradas a los empapeladores que transforman muros y paredes en muladares asquerosos; a concesionarios, talleres y lavaderos de carro que han extendido sus negocios hasta el andén; a quienes patrocinan vallas y pendones sin permiso, y a todo aquel que use el espacio de todos como propiedad privada.
Tanto el Alcalde como el Secretario de Gobierno han sido enfáticos que no habrá persecución de los ambulantes. Y esa debe ser la actitud, lo cual no es óbice para hallar fuentes y espacios que les permitan ejercer su labor con dignidad, pero sin atropellar los derechos de las mayorías.
Es menester que ‘Tuto’ no ceje en el esfuerzo que representa devolverle a los vallenatos, sus lugares para caminar, con andenes limpios y un mobiliario urbano que no genere miedo. Y eso, señor Alcalde, se logra con campañas de persuasión, mensajes claros, permanencia de la autoridad en las zonas recuperadas e innovando en alternativas para quienes hoy se sienten víctimas del proceso.
Valledupar empieza a rescatar el sentido de sus bienes colectivos que no pertenece a un particular ni a un segmento de la sociedad, sino a todos los que gozan tanto al derecho a utilizarlo como del deber de garantizar su protección. Y ese es el mensaje que debe quedar claro. ¡Gracias Tuto!