Gracias a todos los familiares y amigos que en el momento oportuno nos tendieron sus manos pródigas y generosas para ayudar a aliviar las penas. Jamás tendremos cómo pagarles, pero todos los días le rogamos y le pedimos a Él que se los retribuya con creces; gracias a Manuel, mi embolador; a Eloy, ‘Eloisito’, y Freddys, nuestros porteros y celadores; gracias a nuestros vecinos por soportarnos, especialmente a Margoth Perdomo que, a pesar de sus 92 años, religiosamente todos los días a las 6:00 de la mañana me brinda un revitalizador tinto.
Gracias a Dayana, nuestra joven y bonita directora de orquesta de la casa, por sus buenos servicios y exquisitas viandas; gracias a mi compadres Atilio Arrieta y Aldo Duarte por sus lealtades para conmigo; gracias a los hermanos Rojas que todos los días nos recomiendan la ropa; gracias a doña Edith Mendoza, ‘La Mona del Patacon Pisao’, por tenerme entre sus amigos predilectos.
Gracias a todo mundo por aguantarme, a mis entrañables amigos del dominó y el billar, cómo los extraño y ojalá tengamos la dicha de reanudar rápidamente nuestras labores; y finalmente gracias a EL PILÓN por permitirme decirle a todos mis lectores, que sin modestias ya son bastante, gracias, muchas gracias.
Y por último quiero darle las gracias a un grupo de personas que todos los días, algunos también en la noche por las redes sociales, me desean un feliz día o una grata noche y a pesar de contestarles siempre, no fallan. Ellos son: mi tío Carlos Núñez Morón, mi hermana Sol cielo Aponte, mi octogenario primo hermano Hugues Rodríguez Martínez; desde Aguachica otro primo hermano, Nelson Martínez Zuleta; mi amigo y copartidario Pacho Meza; mi primo Tomás Cuadrado; mi querida amiga Yolanda Mattos; el distinguido profesor Benjamín Ramos; y mi dialecto amigo David José Britto, propietario en San Juan del lujoso hotel El Prado. Para este año les voy a pedir que no se molesten tanto, que se los agradezco mucho y me conformo con un solo mensaje semanal, los lunes.
Adenda: Bueno, alcalde, por el interno le envío otra listica de huecos peligrosos, los anteriores desaparecieron y aunque produzca rasquiña urticante, felicitaciones, con mayúsculas. El valle se lo agradece.