La jornada electoral prevista para hoy en el municipio de González, sur del Cesar, es una verdadera oportunidad democrática para los habitantes de esta población, que debe hacer uso de sensatez y sabiduría democrática para elegir a su futuro alcalde a conciencia, sin presión, ni componendas promovidas por los enemigos de la democracia.
La Misión de Observación Electoral –MOE- ha expresado su preocupación y ha hecho con antelación informes realizados bajo las premisas históricas de este municipio, que siempre se ha caracterizado por ser de alto riesgo electoral, especialmente porque se presenta una limitada competencia electoral. Sólo en el año 2011, González tuvo un candidato único, que meses después fue declarada nula su elección en fallo de segunda instancia del Tribunal Superior del Cesar debido a que estaba inhabilitado, al ser su padre pareja de la rectora del colegio Jorge Eliécer Gaitán de esa población.
La MOE ha reafirmado que las candidaturas únicas no son propias de sistemas democráticos participativos y pluralistas y por lo tanto ha hecho un llamado para hoy domingo a las autoridades nacionales y departamentales para que hagan presencia en el municipio con miras a garantizar unas elecciones transparentes, confiables y seguras.
Paradójicamente este municipio, donde sólo el censo electoral es de 3.545 votantes, de los cuales 1.632 son mujeres y 1.913 son hombres, ha estado en el ojo del huracán no sólo a nivel departamental, sino nacional. El comportamiento electoral de este municipio ha sido analizada por varios organismos, que coinciden en que allí se dan todos los ‘pecados capitales’ de la política electoral: irregularidades en la selección de jurados, compra de votos y trashumancia electoral.
Sólo en las elecciones de 2007 y de 2010 se presentó en González un nivel de riesgo extremo en las variables electorales, pues su nivel de participación, de votos nulos y la presencia de votaciones atípicas fueron las principales variables que incidieron en la catalogación del riesgo en este municipio.
Hoy bien vale la pena recordar la iniciativa que tuvo hace una década un grupo de estudiantes que promovió el voto inteligente, el que precisamente se debe aplicar en esta jornada electoral. Este grupo de estudiantes comprendió que la corrupción se inicia en el ejercicio del derecho al sufragio porque la comunidad no sabe el valor del voto y por ello propusieron la realización del voto inteligente, que no es otra cosa sino la utilización de uno de los mecanismos de participación comunitaria. Para ellos el voto inteligente se puede definir como el acto de participar individual y colectivamente en el ejercicio democrático escogiendo acertadamente a los líderes que tengan la mayor honestidad, coherencia, ética, objetividad y espíritu de sacrificio para orientar los destinos de la comunidad.
Esta premisa cobra mucha importancia ahora, en medio de una ciudadanía mucho más consciente, que ya teme, incluso ha hecho denuncias, que se pueden presentar anomalías en las elecciones y aunque hay tres candidatos por el Movimiento de Inclusión y Oportunidades, MIO, Partido de la U y por el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia, AICO, los ojos avizores de las autoridades no pueden ser inferiores al reto de esta jornada en un pueblo que merece una oportunidad con la democracia, porque sólo un voto inteligente da como resultado una democracia sana.