Por: Indalecio Dangond Baquero
El pasado 28 de abril, mientras algunos candidatos a la gobernación del Cesar parrandeaban con sus adeptos y colaboradores de campaña en plenas fiestas del festival vallenato, en Barranquilla el presidente Santos junto al ex primer ministro inglés Tony Blair, inauguraban el foro “Expogestión Caribe 2011”, el taller empresarial más importante del país, en el cual se reunieron más de mil doscientos líderes del sector público y privado para dialogar y contribuir al desarrollo empresarial y publico de la Región Caribe. Que contraste ah!.
Mientras los asistentes del foro aprendíamos sobre como aumentar la competitividad local y las oportunidades para la prosperidad colectiva, facilitar la cooperación pública-privada, identificar proyectos empresariales sostenibles, mejorar la educación y muchos temas de gran interés regional, algunos candidatos a gerenciar la empresa más grande de la Región Caribe, (que supera un presupuesto a los 700 mil millones de pesos), planeaban a punta de wiski y parranda vallenata, la forma como garantizar la victoria con 7 mil millones de pesos que les cuesta la campaña y seguramente la forma como se van a repartir la marrana en los próximos cuatro años.
Los cesarenses no se pueden dar el lujo de equivocarse en la escogencia de su próximo gobernador, porque entraría en un estado de no retorno y podrían verse avocados a una crisis profunda de desempleo y pobreza. Todavía estamos a tiempo, ahí están cerquitica los buenos ejemplos de administración con capacidad gerencial del Atlántico, Barranquilla, Cartagena y Montería.
Desconozco la capacidad gerencial de los actuales candidatos que pretende administrar esta empresa llamada departamento del Cesar. Aquí estamos frente a un departamento con muchísimos recursos de regalías que irónicamente gradúa más de 5000 jóvenes bachilleres anuales sin posibilidad de continuar una carrera superior, porque sus padres que viven en uno de los departamentos más rico de Colombia, no tienen un empleo digno que les permita pagar los estudios de sus hijos, creando una gran frustración quedándoles solo el camino de salir a la calle a vender minutos, chance o gasolina de contrabando, aumentando el empleo informal y la inseguridad urbana.
Este gravísimo problema, que debería ser el principal punto a resolver en los planes de desarrollo departamental, obedece a la falta de capacidad gerencial de nuestros gobernadores y a la falta de liderazgo para crear junto con las compañías mineras y el Sena, una escuela de administración profesional y técnica en carreras afines a la minería, medio ambiente, agroindustria, pyme y servicios entre otros.
Además de impulsar grandes proyectos industriales y de servicios, infraestructura y servicios públicos. En otras palabras, facilitar la inversión privada para generar oportunidades de empleo digno a nuestros futuros jóvenes.
El próximo gobernador del Cesar, debe estar en capacidad de resolver el problema de retorno y ocupación productiva de más de 120 mil desplazados, de construir más de 2000 kilómetros de vías terciarias, de iniciar el proceso de licitación pública para la construcción de la represa de los Besotes para garantizar el agua a los 500 mil habitantes de Valledupar, construir la zona franca industrial y de servicios minero y agroindustrial, impulsar el triangulo del turismo de Pueblo Bello, Manaure y Patillal, la industrialización de la piscicultura en la ciénaga de la zapatosa y el impulso al sector rural entre otros.
Todavía estamos a tiempo de salvar este departamento, solo hay que olvidarse de las diferencias políticas y familiares, buscar un consenso entre todos los sectores productivos para fijar unas reglas de juego y requisitos que garanticen la escogencia de un candidato con capacidad gerencial, honestidad y liderazgo nacional. De golpe puede estar, dentro de los actuales.