En la VI Asamblea Nacional de Personeros, realizada en Valledupar, uno de los protagonistas fue el doctor Alfonso Campo Martínez, personero de nuestro municipio: primero por ser gestor de que aquí fuera la sede de la trascendental Asamblea que convocó a todos los personeros del país y a altas personalidades, entre ellas: el señor presidente de la República, Juan Manuel Santos; el procurador General, Alejandro Ordóñez; el contralor de la Nación, Edgardo Maya Villazón; el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo; el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo y el Alcalde, Fredys Miguel Socarrás. Y segundo, por el talente en la expresión diáfana de su discurso en defensa de las funciones de los personeros que son los ángeles guardianes de los derechos fundamentales de la población civil y merecen mejores recursos para desempeñar con alta eficiencia sus labores. Al final, la Asamblea en reconocimiento a las cualidades de líder del joven abogado, Alfonso Campo Martínez, lo elige para que en el próximo año, comparta con Andrés Santamaría, la presidencia de la Federación Nacional de Personeros de Colombia.
Otro protagonista de la Asamblea fue el presidente Juan Manuel Santos quien nos dio una lección de sensatez y dominio de la palabra. Como el lema del encuentro era la paz territorial, de manera didáctica hizo un resumen desde el momento en que en su vida política comenzó a estudiar los procesos de diálogos de otros países. Y explicó que en el año 1991, cuando era ministro de Comercio Exterior, fue a Estados Unidos con Rudolf Hommes, en ese entonces ministro de Hacienda, a reunirse con varios empresarios para proponerles que invirtieran en el país. Estando reunidos, los principales medios de comunicación norteamericanos publicaron la noticia de un atentado terrorista en Colombia que dejó varios muertos y heridos. Los empresarios se retiraron y su respuesta fue que sólo invertirían en Colombia cuando fuera un país normal que viviera en paz y se respetaran los derechos civiles.
Agrega, el Presidente, que grandes maestros como Winston Churchill y Nelson Mandela le enseñaron algunos caminos para fortalecer los acercamientos entre personas de pensamientos divergentes. Y su gobierno se la juega por la paz, y por eso defiende con argumentos los diálogos de La Habana que son difíciles y prolongado, pero no ilimitado. Y repite el postulado que nada está acordado hasta que todo esté acordado. Si van más de 50 años de conflicto armado de la Farc contra el Estado, hay que tener paciencia e inteligencia para ser eficaz en este proceso cuyo objetivo es terminar el conflicto, es decir que la guerrilla se desmovilice y entreguen las armas. De los cinco grandes acuerdos fundamentales propuestos en la agenda de los diálogos van tres acuerdos aprobados: 1. Política de desarrollo agrario integral. 2. Participación política. 3. Solución al problema de drogas ilícitas.