Hace varias décadas, en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Externado de Colombia, al igual que en otras facultades, se analizaba mucho en talleres “La Guerra de los Mundos”, una película de Orson Wells, que tenía un planteamiento cinematográfico novedoso, que fue presentado como una situación real y más de uno se lo creyó en los Estados Unidos y esto generó un pánico tremendo. La ficción superó a la realidad.
He vuelto a recordar el tema, a raíz de las imágenes y el tratamiento periodístico que se le viene dando al coronavirus, que además de los de salud, en varias partes del mundo; va a causar más daños a la confianza en la economía mundial y en particular al transporte y al turismo internacional, entre otros sectores.
Sin lugar a dudas hay que tomar precauciones y estar alerta. Y la comunidad científica sigue articulando esfuerzos para inventar la vacuna, frente al mismo; pero, no podemos olvidar que, desde hace varias décadas, el mundo pasa por un proceso que se ha denominado “globalización”, que tiene connotaciones políticas, económicas, sociales, jurídicas y culturales, que nos han cambiado la vida a todos los habitantes de este planeta.
El aumento del flujo migratorio, el crecimiento del turismo a nivel mundial, los menores costos de transporte, etc., tienen sus ventajas, pero también sus desventajas, una de ellas tiene que ver con el tema de salud pública. En otras palabras, también los virus y las bacterias viajan, al lado de los humanos, y desde ese punto de vista, el mundo es un lugar más riesgoso.
El tema no es nuevo. Este no es el primero, hace pocos años fue el H1n1, un tipo de influenza; y tampoco será el último virus que le causará un serio dolor de cabeza a todo el mundo. Vendrán muchos otros. El asunto, en el fondo, es que las instituciones internacionales y nacionales de salud tienen que adaptarse y organizarse para reducir esos riesgos y afrontar mejor, el proceso que estamos viviendo. Hacer más estrictos los protocolos, en todo el mundo, para afrontar estos nuevos retos de la “aldea global” de la que hablaba McLuhan.
Los gobiernos, las empresas privadas, las aerolíneas, hoteles, y universidades, entre otras instituciones, en todo el mundo, tienen que, a su vez, ajustarse a esos protocolos para manejar esos nuevos riegos. Pero, de allí a entrar en pánico, como se está viendo, me parece que hay mucho trecho. Por cuenta del coronavirus, se están cancelando eventos deportivos, culturales, de moda, reuniones de gobierno, etc, etc. El pánico total. Creo que no se justifica.
Y los medios de comunicación internacional y los nacionales tienen que afinar sus métodos de trabajo y su lenguaje. Aún la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), no habla de pandemia, sino de epidemia. Y en nuestro país, es el Ministerio de Salud y las Secretarías de salud, coordinadas por el primero, los que deben informar oportuna y adecuadamente las tareas y procesos a seguir.