Me produce un desagrado y un sabor a putrefacción, el uso de frases como ¨no tienen vocación¨ o ¨están jugando con la salud¨, por parte de gerentes de la salud en nuestra región para referirse a las marchas y paros, realizados por el personal de la salud a los cuales les adeudan varios de meses de salario. Han tomado por costumbre el uso de tales frases para esconderse y justificar su pésima gestión gerencial de clínicas y hospitales. Estas excusas sin sentido para justificar su atroz desempeño como gerentes, sólo evidencia su ineptitud y no descarta la intervención propia y de terceros, en la desviación de los recursos destinados a la salud.
El subterfugio de que los médicos están obligados a atender a todos los pacientes, pese a condiciones adversas a su integridad, solo por el hecho de haber juramentado en su graduación, como coloquialmente se expresa, ya está mandada a recoger.
Para quienes aún vacan de conocimiento, Hipócrates, fue tal vez, el galeno más popular de la historia. Habitó en la antigua Grecia, cuando esta dominaba el globo y un período en donde los médicos eran considerados una deidad. Vivían y comían entre los dioses del Olimpo, eran considerados los profesionales más venerados, recibían las mejores gratificaciones y nadie consideraba, dentro de sus más inhóspitos pensamientos, alguna agresión en contra de estos prodigios. Por tal motivo, es irracional, intentar someter al galeno coetáneo usando al juramento hipocrático como látigo de castigo, a prestar una atención mientras es víctima de negligencia por sus superiores, a la vez que hace resistencia al acoso y violencia por pacientes y familiares inconformes.
¿Hasta dónde se puede rendir un salario? ¿Quién cotiza los servicios básicos como el agua o la luz, la alimentación y la educación de sus hijos? Estas son las preguntas que debemos hacernos y no cuestionar la vocación por parte del personal indefenso a la hora de hablar sobre un tema tan álgido para todos nosotros, sin dejar por fuera a todo el personal relacionado, como vigilantes, aseadores, cocineros, etc.
Si la excusa predilecta es ¨que el derecho a la salud es fundamental¨, ¿en dónde queda la inviabilidad para acudir a una consulta o urgencia médica porque su empleador no ha apoquinado la salud, mientras continúa descontándolo de un sueldo que no recibe? O más peligroso aun, ¿Quién apadrina el riesgo que padecen las maternas quienes no pueden acudir a consultas de control prenatal por la misma situación?
Estamos en este país acostumbrados a apoyar todo tipo de paros, sin embargo, da la sensación que la protesta realizada por el gremio de la salud en busca de una mejor calidad laboral y de atención, cuyos beneficiarios son los usuarios, es mal vista en todas las esferas sociales. Fuera del personal involucrado, no se evidencia ningún apoyo al momento exigir unas mejores condiciones del sistema de Salud. En contraste, todos son prestos para vitorear a viva voz en contra del personal, por la demora en la atención y las malas condiciones hospitalarias.