La semana pasada el Congreso de la República aprobó los proyectos de Ley de disminución a 150 semanas de cotización para la obtención de pensión, a las mujeres que devenguen hasta dos salarios mínimos legales mensuales ($1.475.434) y, el proyecto de ley que rebaja del 12 % al 3 % en el pago de la seguridad social para pensionados. Ambos proyectos de ley cumplieron con el trámite reglamentario, y se encuentran para sanción presidencial. No obstante, se anuncia que el presidente Santos Calderón objetará ambos proyectos, pues como lo advierte el ministro Mauricio Cárdenas, no se cuentan con los recursos para su financiación, ya que la reducción de semanas laborales de las mujeres le costaría al fisco dos billones de pesos anuales, en tanto que la reducción del pago de la seguridad social para pensionados, se estima en tres billones de pesos anuales, y no se tienen esos recursos.
La objeción del Presidente podrá hacerse por inconveniente o por inconstitucional, si es por inconveniente ambos proyectos de ley serán devueltos a las cámaras para su estudio, y si es por inconstitucional, le corresponderá a la Corte Constitucional estudiar dicha objeción y pronunciarse.
Ahora bien, siguiendo la trazabilidad de la línea jurisprudencial de la Corte Constitucional, es muy probable que no tome el argumento fiscal, como razón suficiente para declarar la inexequibilidad de los proyectos de ley, pues es claro que se trata, en ambos casos, de derechos fundamentales que dignifican la vida del ser humano, y mucho más tratándose de población vulnerable, como lo son los adultos mayores, y de otra, la mujer, históricamente discriminada y victimizada, merecedora como la que más, de un trato digno. Pues bien, no existiendo un argumento jurídico plausible para hundir estas iniciativas, le quedaría al presidente Santos, como única opción, objetar por inconveniente, y “negociar estos temas” con el Congreso, donde tiene las mayorías.
Así las cosas, y encontrándonos próximos a una contienda electoral, sería bueno hacerle entender a nuestros “honorables” congresistas que se están jugando nada menos y nada más, que su futuro político. Así que cualquier decisión que se tome, tendrá incidencia directa en las urnas.
Lo curioso de todo esto, es que al momento de aprobar el aumento de las dietas parlamentarias y del salario del Presidente, el ministro Cárdenas se guardó el discurso del impacto fiscal, de la caída de los precios del petróleo y su impacto en la economía mundial y de la responsabilidad fiscal.
El Congreso se ha dado la pela por sacar adelante estas iniciativas que propenden por la paz y la equidad, y la dignificación del ser humano; considero que es nuestro deber ciudadano brindarle pleno respaldo.