Estaba por iniciar mi escrito sobre el discutido e inacabado tema de Gabito y sus adherencias sinceanas (de Sincé) cuando se aparecen las noticias acerca de la canción de Armando Zabaleta denominada “Aracataca espera” que es un reclamo del autor a la que él estima indiferencia del nobel por su tierra natal. La canción molestó visiblemente a García Márquez.
No creo mucho en lo cataqueño, o la sinceanidad como sentimiento del alma, de Gabriel García Márquez lo que por contraste me hace recordar a la bellísima melodía “Torna a Surriento” (Vuelve a Sorrento) que es una canción napolitana famosa que utiliza la conexión profunda con la tierra. Evidencia un gran sentimiento de apego y la dificultad de aceptar la separación, con una insistencia en la petición de no ser abandonado y un llamado a regresar. Esa canción nunca la escuchó Gabito, él estaba pendiente de La Diosa coronada y en lugar de Ernesto y Gian Battista De Curtis le sonó Armando Zabaleta.
¨Este al no tener más a quien reclamarle por el atraso y problemas de Aracataca, que hoy deben ser más o menos los mismos, señala al posible culpable, al que hacía ratos los dioses del parnaso ya habían sentado inalcanzablemente a su lado”. Ese telegrama no llegó…
De Aracataca y Gabo lo último que supe hace unos años, es que la vida no le alcanzó para terminar de reclamarle a quien en exótica decisión lo embarcó en un incómodo tren que nunca supe de donde partió y si fue que llegó a algún lado. Embelecos tropicales.
Debo apartarme ahora del Gabo cataqueño, y enfocar al sinceano-mojanero no para exaltar conscientes vínculos con esas tierras sino más bien la influencia recibida de esos parajes, que es diferente al afecto que se sienta por sus ancestros.
Gabo se explica a través de su padre Gabriel Eligio, hijo este de Leandro Garrido Piñeres, por lo que don Gabriel Eligio debió apellidarse Garrido y Gabo sería entonces Gabriel Garrido Márquez siendo su abuela paterna Gime García de quienes terminan tomando el apellido.
El viejo Garrido Piñeres también procreó con Sotela Martínez, entre otros a Hermógenes Martínez, padre del exministro de Minas Carlos Martínez Simahan, hermano medio de Gabriel Eligio y tío de Gabito.
Cuatro hermanos de Gabito nacieron en Sucre (Sucre) región de La Mojana, la misma inundada por el boquete de Cara de Gato en donde Gabriel Eligio ejerció de telegrafista. También lo fue en Sincé, Magangué y Aracataca. Los reflectores iluminaron a esta última, pero bien hubiera podido ser recordado sin glosas cómo “el telegrafista de Sucre”.
Hay dos hechos que quiero mencionar expresamente a manera indiciaria porque se convirtieron en sustrato de famosos escritos de GGM: uno “Crónica de una muerte anunciada”, los que ocurrieron en Sucre (Sucre) y si usted leyó la novela recordará que alguien envía un mensajero a casa de la ya casi víctima advirtiéndole sobre el peligro que corría, mensaje que sí llegó a su destino pero abierto muy posteriormente. Ese “papelito” lo llevó Humberto Corena Salas (QEPD). Él mismo me lo expresó con detalles.
Pero para mí la prueba ácida de las raíces sinceanas de GGM es que solo a un sinceano se le hubiera podido ocurrir crear un personaje como “Chico busca el sol” que en sus convicciones era quien sacaba el sol todas las mañanas lo lanzaba al zenit y por las tardes lo esperaba para guardarlo. Nunca falló. Gabo en ningún tiempo lo mencionó.
Jaime García Chadid