El día trece pasado reciente se llevó a cabo el foro “Así va la economía del Cesar” promovido por El Pilón y otras instituciones; durante este, se dieron varias cifras muy halagadoras sobre nuestro futuro económico, fundadas en los indicadores macroeconómicos del país: comportamiento del PIB, la inflación, expectativas de precios del carbón, y en las potencialidades del Cesar como sus recursos hídricos semi-confinados, número de hectáreas disponibles para el sector agropecuario, posibilidades turísticas, ubicación geográfica con todos los pisos térmicos. Un panorama bastante prometedor y de esperanza. Los foristas son personas de reconocido nivel empresarial, académico e institucional. Más, tengo mis reservas, hay que hacer algunas observaciones, con todo el respeto que merecen los organizadores del evento.
El Cesar, pese a sus potencialidades naturales, tiene serias dificultades para proyectarse como una región económica con capacidad de resolver sus problemas económicos y sociales de los cuales no se habló en el foro; lo económico y lo social son dos variables difíciles de separar. El PIB del Cesar no llega al 2 % respecto al nacional. Los conceptos de PIB y PIB per cápita son dos indicadores que por sí solos no hablan del bienestar de una sociedad. Por ej., el PIB del Perú, casi la mitad del que tiene Colombia, que es la 30° economía mundial, tiene un PIB per cápita superior al de Colombia; Finlandia, con un PIB poco significativo, tiene un PIB per cápita superior al de Alemania que es la cuarta economía (BM 2016); los Emiratos Arabes Unidos, con una economía fósil, tienen un PIB per cápita 6.5 veces el de Colombia sin que eso se traduzca esas veces en bienestar. Acorde con esto, un conferencista dijo que por cada 35 pesos que produce el carbón, solo 3 pesos reciben en dinero los residentes regionales, mientras que el sector agropecuario con el 9.7 % del PIB, da 17 % a la gente; ahí se ve que no siempre un mejor PIB es mejor para la gente ni que la minería sea absolutamente necesaria.
Ese mismo día leí en El Pilón que de 567 revistas científicas reconocidas en el país, ninguna era del Cesar, y que de 68 centros de pensamiento, ninguno es nuestro; en las más recientes pruebas Saber-Pro fuimos los antepenúltimos. Se pueden tener todas las posibilidades económicas pero sin el conocimiento no será posible avanzar. Corea del Sur, sin una sola mina de algo, solo rocas y tierras poco aptas para la agricultura, tiene un PIB per cápita 4.7 veces mayor que el nuestro: el mejor recurso es el homo preparado. El Cesar tiene una gran amenaza que no se mencionó: la desertificación de sus suelos que es el 50 % y no existen planes para conjurar esa tendencia. Los indicadores sociales son tercermundistas; el índice de pobreza multidimensional, IPM, del Cesar es el 13° más alto del país, en pobreza monetaria somos 9° y en Gini 11°.
Hay unos indicadores que miden el grado de desarrollo de un país o región como la tasa de mortalidad infantil, TMI, la de la niñez, TMN, la infección respiratoria aguda, IRA, la enfermedad diarreica aguda, EDA, y el bajo peso al nacer, BPN. Las TMI y TMN son las octavas más altas del país, IRA la segunda más alta, EDA la cuarta, y en niños con bajo peso somos los undécimos peores; (descontados cinco regiones de los Llanos que tienen cifras africanas).
En analfabetismo, tenemos el 6° nivel más alto del país pese a que el departamento recibió del SGP casi dos billones de pesos para educación entre 2002 y 2015, amén de regalías superiores a $1.7 billones entre 2007 y 2016 (corte a agosto). ¿Sabe alguien en el departamento cuánto vale bajar un punto porcentual en cada indicador y en cuánto tiempo lograr metas de esperanza?
Por Luis Napoleón de Armas P.
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