La Fundación Carboandes de Valledupar, en alianza con el Programa Riqueza Natural de USAID, en el marco del proyecto Conservación del bosque seco tropical, ha venido desarrollando un programa que consiste en el monitoreo de la biodiversidad de vertebrados terrestres, a través de un núcleo de restauración y conservación comunitaria que contribuye a la conectividad y protección en la serranía del Perijá.
Dicho programa inició a principios del año 2021 con el apoyo de la Asociación de víctimas de las veredas (AVHALOS) Santa Fe, Tucuycito La Loma y Hato, La Guajira, en el corregimiento de Estados unidos, municipio de Becerril. “El programa de monitoreo comunitario en su primera etapa describió la biodiversidad de vertebrados terrestres asociados al bosque seco y la red hídrica local (arroyos, caños, ríos y jagüeyes), mediante un sistema de 19 cámaras trampa instaladas dentro de los relictos de bosque seco de la zona”, narró Álvaro Zequeira, coordinador del proyecto.
Por supuesto, el desarrollo de estos monitoreos se llevó a cabo a través de capacitaciones a la comunidad, que de acuerdo con Zequeira tienen como objetivo “elaborar una línea base sobre la biodiversidad presente en el área del Núcleo de Conservación y de diseñar una estrategia de evaluación y seguimiento de la biodiversidad presente”. A este proyecto se suman profesionales asociados a la fundación, expertos en monitoreo de biodiversidad y sistemas de información geográfica.
Respecto a los resultados del monitoreo, gracias al sistema de fototrampeo se registraron tres grupos de vertebrados: reptiles, aves y mamíferos, de los cuales han sido identificadas 45 especies. Un punto para destacar es que “dos especies de mamíferos Vulnerables (VU) a la extinción según la IUCN (International Union for conservation of nature) han sido registradas durante esta primera etapa de muestreo. La primera especie fotografiada fue el oso cola de caballo (Myrmecophaga tridactyla), y la segunda especie corresponde al Mono cariblanco o mono maicero Cebus versicolor, esta especie solo fue registrada en los bosques riparios del río Batatal”, contó Zequeira.