‘Fuego verde’ fue una serie que se transmitió en Colombia en los años 90 y reflejaba la realidad mafiosa de los esmeralderos en Boyacá, en la cual hubo amenazas, robos, asesinatos, caletas, armas, amantes y mucho derroche de dinero. Algo parecido se está viviendo en el departamento del Cesar con el exgobernador Andrés Meza y un cartel que ha capturado contratos del medio ambiente en la Gobernación y alcaldías a través de 15 empresas, del cual también hace parte el exsecretario de Ambiente, Andrés Arturo Fernández, que inicialmente fue develado por el medio digital El Periódico. Esto le costó amenazas a su director, José Manuel Vega, quien tuvo que salir del país.
Hoy, Fernández está en juicio y tiene un pie en la cárcel por dichas amenazas a un periodista, algo que es muy grave por tratarse de una persona protegida, y dichos delitos pueden llegar a convertirse en lesa humanidad.
En 7 años, habrían contratado más de 40.000 millones de pesos en reforestación, ornato, siembra de alevinos, estufas ecológicas, estudios de impacto ambiental, limpieza de caños, podas, proyectos para riego de tierras, y tienen como proyecto bandera en corrupción el llamado Agricel, en la vereda El Toco, en San Diego, donde dejaron a los campesinos sin tierra y sin proyectos, y lo más grave algunos con recursos de OCAD Paz. Esto es lo que se conoce como un carrusel de contratación que patentó el “papa de los corruptos”, Emilio Tapia Aldana, y que en el Cesar replicaron al pie de la letra. Se han hecho ricos, pero también tienen grandes líos, y qué líos. También aparece salpicado otro exgobernador, Wilson Solano, con audios comprometedores.
Pero lo que hace estallar la bomba son las delicadas denuncias que hace uno de los implicados, Camilo Venecia, quien en un video afirma que creó la firma Bioprojets con el exgobernador Meza e involucra a su padrastro, el abogado Héctor Carrillo. En mi cuenta de X: @JACOBOSOLANOC reveló información delicada que me envió una fuente protegida sobre lo que se ha denominado “Fuego Verde, El Cartel”, porque, al igual que la serie de los 90, hay amenazas a periodistas, mujeres bonitas, amantes, robos, caletas con dinero en efectivo en oficinas, sapos, abogados corruptos, fiestas, sexo, patrulleros de contratos, choferes con empresas para contratar, desplazamiento de campesinos, audios filtrados, chats, comisiones del 12 %, fugas a otros países, denuncias y todo lo que podría servir de insumo para una nueva serie en Netflix, y que deja resultados nefastos para el medio ambiente del Cesar, que cada día está peor por la contaminación, la poca planificación para mitigar el cambio climático y ahora por la corrupción, que involucra también a alcaldes que le habrían dado contratos a estas empresas como Bioprojets, Ecopro Ingenios, Geocaribe Soluciones, Biopais, QM Ingenieros, Obsams Obras, Zomac, Terra Soluciones y otras que deben ser investigadas hasta el fondo, porque dejaron muchas evidencias.
Todas las empresas están conectadas y para la Fiscalía va a ser un pan comido si se hace una buena investigación que arroje resultados. Incluso, Venecia quiere garantías porque está dispuesto a contar todo; ya hizo una denuncia por estafa, celebración indebida de contratos, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, fraude procesal y hay otros miembros que también están dispuestos a cantar para salvar su pellejo.
Es increíble que jóvenes formados en universidades y de un mediano nivel intelectual se vean inmersos en estos escándalos que dan vergüenza, porque desfalcan al Estado sin ningún tipo de escrúpulos, solo por la ambición económica y las ganas de viajar a Miami a comprar ropa para figurar en la parroquia como grandes magnates y ostentar, demostrando un complejo de inferioridad infinito. Es importante que la Fiscalía y la Procuraduría asuman este caso con la mayor responsabilidad y se actúe para sentar un precedente que se sume a la serie de escándalos de corrupción que tiene al Clan Monsalvo Gnecco en su peor momento.
Jacobo Solano Cerchiaro