Con el objeto de actualizar a los asistentes técnicos en estrategias para mantener la calidad de la semilla de frijol para minimizar la transmisión de enfermedades a través del grano, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia, (antes Corpoica), líderó el taller ‘Estrategias para la gestión productiva de grano de frijol biofortificado Corpoica rojo 39 y 43 con calidad sanitaria en sistemas de agricultura familiar’.
El evento contó con la presencia de asistentes técnicos agropecuarios de los municipios de Valledupar, La Paz y Manaure. Esta capacitación semipresencial contó con una fase virtual en la plataforma siembra, ubicada en la página de Agrosavia y dos sesiones presenciales; la primera, en el Centro de Investigación Motilona, en Codazzi; y la segunda, en el municipio de Manaure, donde se encuentran establecidos los cultivos de frijol biofortificado.
Los hilos conductores de la actividad académica fueron: el manejo de costo de producción y estrategias de comercialización de frijol, estrategias del manejo del suelo en lote del frijol tradicional y biofortificado, evaluación de las características de la semilla con contenidos diferenciales de humedad en frijol tradicional y biofortificado y técnica de cosecha, beneficio y almacenamiento de frijol biofortificado, entre otros.
“Este curso semipresencial hace parte de la estrategia de vinculación con los beneficiarios del Caribe Seco de dos nuevas variedades mejoradas de frijol rojo biofortificado de porte arbustivo para la subregión. Se pretende vincular a los productores y comunidades indígenas a estas nuevas variedades cuyos atributos se encuentren acordes con la demanda para la región Caribe”, explicó Adriana Tofiño, líder del proyecto e investigadora Ph.D., asociada de Agrosavia.
Indicó que “en términos generales el curso pretendió difundir entre los beneficiaros potenciales y los asistentes técnicos agropecuarios vinculados a la producción hortícola en la subregión Caribe Seco, las ventajas y beneficios de las nuevas variedades biofortificadas para el mejoramiento de la adopción de las variedades y sus recomendaciones de manejo, consistentes con el cuidado del suelo y el agua. Por otro lado, se vinculan variedades con mayor contenido nutricional que mejora la oferta alimentaria de la familia rural, lo cual es relevante en la zona donde se registra niveles de auto consumo superiores al 30 %”.
DATO CURIOSO
De acuerdo a la experta, la biofortificación es un abordaje focalizado a través del cual los alimentos básicos con alto contenido de micronutrientes esenciales llegan a comunidades rurales que no cuentan con recursos para alimentarse de una manera adecuada.
Estos cultivos proporcionan mayores cantidades de vitamina A, hierro y zinc, los tres micronutrientes que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado como aquellos de los que más carencia existe en las dietas a nivel mundial.