En el Vaticano también “se cuecen habas”; su historia no ha sido un dechado de virtudes y de santidad como muchos creen; toda la edad media, unos mil años, el Vaticano fue escenario de grandes confrontaciones, intriga y poder. El peruano Eric Frattini, periodista, ensayista, novelista y profesor universitario, nos entrega una obra titulada ‘Los Papas y el sexo’, en la cual cita casos alarmantes en una lista de 261 Papas desde San Lino hasta Ratzinger. Según EF, hubo papas casados y adúlteros; violadores y homosexuales; fetichistas y pederastas; travestis y voyeristas; masoquistas y sadomasoquistas; hijos de cura, padres de curas e hijos de Papas. La presencia de los Borgia en el Vaticano y las Cruzadas son épocas de ingrata recordación. La lista es larga pero “son de espanto nombres como Dámaso, Siricio, Anastasio, Sixto III, Pedro León I, Bonifacio I, Felipe II, Simmaco, Silvestres, Inocencios, Píos, Clementes, Benedictos”. Muchos de estos hoy tienen la aureola de santos.
Los casos de León X y Clemente VII son aberrantes, según EF. De los más recientes cita a Pablo II y Benedicto XVI. De Juan XXIII, “el Papa bueno”, dice que ratificó el documento “Crimen Sollicitationis” (Delito de solicitación), que imponía el secreto a todos los implicados en los casos de abusos sexuales. La práctica de un verdadero cristianismo ha sido torpedeada por una secta oscurantista que hizo metástasis en toda la iglesia católica. Parece que el Papa Juan Pablo I tenía las intenciones de acabar con esa casta de prelados enquistados alrededor del Banco Vaticano o IOR (Instituto para las Obras de Religión), pero misteriosamente murió al mes de posesionado; su muerte sigue siendo un misterio. Ahora dicen que Francisco tiene alto riesgo de ser eliminado por su propósito de rescatar al cristianismo de las manos de la mafia togada; sus adversarios lo consideran un hereje. Pero el hombre tiene pantalones; ya volteó a algunos de sus más enconados enemigos como son los cardenales Carlos Caffarra, Gerhard Ludwig Muller, Juachim Meisner, Raymond Burke y Walter Brandmuller, casados con las ideas arcaicas de Ratzinger de quien dicen es Papa paralelo en lo espiritual.
Francisco es un hombre pragmático, con una lectura diferente de la tradición papal. Algunas de sus expresiones así lo confirman: “Los ateos no tienen que creer en Dios para subir al cielo”. “Estoy seguro de que Dios ha recibido en el cielo a una mujer que dejó el catolicismo, blasfemó contra Dios y murió atea”. “No es necesario creer en Dios para ser una buena persona. En cierta forma, la idea adicional de Dios no está actualizada”. “Uno puede ser espiritual pero no religioso”. “Para muchos, la naturaleza puede ser una iglesia”. “Algunas de las mejores personas de la historia no creían en Dios, mientras que muchos de los peores actos se hicieron en su nombre”. Ordoñez y José Galat, dos cavernícolas dirían que Francisco se salió del closet y algunos camanduleros que es castrochavista.
Francisco pretende hacer una profunda reforma y le ha advertido al clero que “la reforma no es un maquillaje, que no son las arrugas en la iglesia las que deben temer sino las manchas y que la curia romana no debe ser una burocracia pretenciosa y apática, canonista y ritualista, una palestra de ambiciones escondidas y sordos antagonismos”. Esto mismo pasa en Colombia. Ojalá la practicidad de Francisco le diga a nuestros fanáticos revestidos de políticos y dirigentes, que la paz cristiana nada tiene que ver con la guerra, que el cristianismo es reconciliación y perdón, y que denuncie a los prelados que no lo siguieron en el proceso de paz de Colombia, invitando desde los púlpitos a sabotear el plebiscito por la paz. La venida de Francisco a Colombia, en forma exclusiva, es un compromiso con las tesis del verdadero cristianismo, no con los pregoneros de la guerra. Bien venido Bergoglio.
nadarpe@gmail.com
Por Luis Napoleón de Armas P.