Hortensia me dijo a mí
No es este el tiempo pasado
Desprecio a Francisco El Hombre
Por queré a Lucas casado.
AUTOR: Francisco Moscote
RITMO: Merengue
El investigador y escritor guajiro Ángel Acosta Medina, un verdadero erudito sobre la vida y obra de ‘Francisco El hombre’, nos permite, a través de sus exploraciones, conocer las intimidades de la obra musical ‘La chencha’, que si bien es cierto es referenciada por el como una puya, la versión que interpretaba Mauricio Bolaño, el hermano de ‘Chico’ Bolaño es la de un merengue que aprendió en sus frecuentes parrandas con ‘Francisco El Hombre’. Personalmente pienso que un siglo atrás, cuando surgieron las primeras puyas y algunos merengues, estos dos aires se ejecutaban de forma bastante parecida, caracterizándose la puya por sus notas cortas y agiles y una temática siempre ligada a la vida campesina, en tanto que el merengue era más sentimental o lirico, tocando la línea romántica y con diferentes acentuaciones en el canto, no limitándose solamente a cuartetas con versos octosílabos como en la puya.
Mauricio Bolaño aprendió este canto por allá en el año 1928 en Machobayo cuando allí permanecía largas temporadas alternando su acordeón con el de ‘El hombre’. A la sazón este había cumplido ya 78 años y seguramente no teniendo el mismo brío de la juventud, si originalmente era una puya esta tuvo un giro ritmático hacia el merengue que se toca un poco más pausado.
LA HISTORIA
La musa inspiradora de Francisco fue una dama lugareña llamada Hortensia de Armas cariñosamente conocida en el poblado como ‘La Chencha’, quien seducida por el acordeón del juglar vivía arrullada por sus cantos galantes en un cálido romance, no obstante andar él siempre serenateando otras féminas del entorno.
Cualquier día llego a Machobayo, Lucas Ortiz, el propietario de una estancia panelera en Cueva Honda, sitio ubicado entre los cercanos pueblos Monguí y Cotoprix y le encamino a ‘La Chencha’ con toda su artillería amorosa respaldado por los cultivos de caña de mucha fama en la región.
Francisco tenia a ‘La Chencha’ medio desatendida y ella sin ningún parpadeo cambio el acordeón por la panela que le representaba mejor estabilidad económica y con Lucas se fue para Cueva Honda.
Aquello no dejó de producirle una celosa picazón al juglar y como una forma de sacarse el clavo comenzó a fustigarla con un duro reproche que tenía aire de puya:
Hortensia me dijo a mí
No es este el tiempo pasado
Desprecio a Francisco El Hombre
Por queré a Lucas casado
No le salieron bien las cosas a ‘La Chencha’, pues Lucas tenía otra mujer y así aprovechando un diciembre en que ella estaba en Machobayo con sus parientes para pasar la Navidad la dejó esperando la miel que él había ofrecido mandarle para el festejo de la pascua que tradicionalmente en los pueblos de la provincia se hacía con buñuelos y miel. Decepcionada y con la barriga creciéndole, quedó Hortensia rumiando su desgracia.
Todavía sangrando por la herida Francisco siguió cantando su venganza a manera de desquite:
Hortensia me dijo a mí
Que iba a queré a un panelero
Que estaba necesitando
La miel para los buñuelos
Hortensia se fue y quiso a Lucas
Porque él era panelero
Pero se quedó esperando
La miel para los buñuelos
Cuando ‘La Chencha’ se fue con Lucas, en una mula de buen paso, ella se dedicó a trabajar con él en las labores de la estancia, convencida que tendría su participación en los beneficios de la producción panelera de Cueva Honda. Su frustración fue avivada cuando Francisco fracasó con ella en un intento de reconquista y él continúo lanzándole puyas con su puya musical.
Lo que hay en Cueva Honda
¿Chencha quien lo trabajo?
Te ríes de Francisco el hombre
Y el cansancio te quedó
Tanto como trabajante ombe
Chencha de ti me rio yo
Chencha vuélveme a queré
Chencha por vía de los dos
DE AMORES Y VERSOS
Vale la pena aclarar que el primer hombre en la vida sentimental de Hortensia siendo aún una doncella fue un vecino del pueblo de nombre Sebastián Aragón, Francisco llegó en el segundo tiempo de sus amoríos y recordándole entonces esta etapa de su vida siguió desgranándole mas versos a la puya que ya tenían el tinte de un irónico consejero para una dama llena de decepciones.
Chencha estaba creyendo
Que las mulas eran para ella
No se las dio Sebastián
Que si la encontró doncella
Aquí podemos aclarar en buena parte la maraña que ha estado enredando esta puya de Francisco ‘La chencha’ con el surgimiento de ‘Chencha’ quiere a Sebastián, que describiremos más adelante.
En el segundo segmento de una estrofa anterior observamos que Francisco le decía:
Chencha vuélveme a queré
Chencha por vía de los dos
Y escuchando la versión grabada de Francisco Bolaño que incluimos en este trabajo encontramos los siguientes versos:
Chencha quiere a Sebastián
Chencha vuélvelo a queré
ALGUNAS MODIFICACIONES
Es frecuente en la música popular que a través de los años y de los diferentes intérpretes las canciones van siendo reelaboradas como en este caso observando entonces las diferencias que existen en el texto de Ángel Acosta Medina en su libro sobre ‘Francisco El Hombre’ y lo que cantaba Mauricio Bolaño con la misma línea melódica.
Escarbando un poco más hacia atrás, Acosta Medina plantea la hipótesis que antes de la bonanza del oro verde en la zona bananera Francisco Móscote antes de su piquería con el demonio anduvo por esos lados y pudo tener algún contacto con músicos de la zona del rio Magdalena que pudieron haber llevado ‘La Chencha’ a esas regiones, principalmente Manuel Medina Móscote, posiblemente su pariente ya que sus dos apellidos tienen espacio importante hacia el centro de La Guajira, no obstante ser este nacido en Punta de Piedra, hoy Zapayán en el viejo Magdalena grande.
Medina Móscote mucho mayor que Francisco tuvo gran preponderancia en la zona bananera desde comienzo del siglo anterior y sus sones fueron muy conocidos y escuchados en los acordeones de otros juglares que iban y venían por toda la geografía del Caribe.
RECLAMAN AUTORÍA
Edgar Caballero Elías y Guillermo Enrique Torres, historiadores de Ciénaga (Mg), reclaman la paternidad de ‘La Chencha’ para Eulalio Meléndez, el creador de ‘La piña madura’ (1840-1916), quien la interpretaba con su orquesta Armonía Ciénaga que tuvo entre sus alumnos más destacados al niño Andrés Paz Barros hoy mundialmente conocido por haber llevado a la partitura la melodía de la famosa Cumbia Cienagüera.
No existen escritos de Meléndez respecto a la obra en cuestión, pero el estribillo: -Chencha quiere a Sebastián, Chencha vuélvelo a queré- fue siempre recordado por Paz Barros a los referidos historiadores del Patio Cienagüero.
Numerosos documentos, partituras y el valioso archivo del maestro Andrés Paz desaparecieron después de su muerte en 1977 y hasta la presente no aparece ninguna prueba documental que evidencie la autoría de ‘La Chencha’ para Eulalio Meléndez.
Ningún canto de los surgidos en los que es hoy el país vallenato ha tenido tanto recorrido en nuestra geografía y fuera de ella como el conocido ‘Chencha’ o ‘Chencha quiere a Sebastián’.
DISTINTAS VERSIONES
Sus varias versiones grabadas por artistas destacados en diferentes puntos del Caribe han sido motivo constante de investigación tratando de aclarar sus reales orígenes.
Finalizando la década de los años cincuenta del siglo anterior se hizo popular en toda la costa colombiana el tema ‘Chencha quiere a Sebastián’ que la panameña Silvia de Grasse interpretó acompañada por el órgano del también panameño Avelino Muñoz, registrado como ritmo parranda en el L.P. 38 del sello Marvela, de Puerto Rico.
Es bueno aclarar que la parranda como aire musical se encuentra presente en la música folclórica de casi todos los países de habla hispana, cobijando ritmos diferentes que tiene como especial característica un estribillo constante acompañando coplas populares o decimas como en el caso de Cuba y su parranda espirituana natural de la provincia de Santiespiritu de estructura estrófica originaria de España.
Observemos algo de la letra en versión de los panameños referenciados, de Grasse y Muñoz:
Chencha quiere a Sebastián
Chencha vuélvelo a queré
Chencha quiere a Sebastián
Chenchita vuélvelo a queré
La guayabita madura
Le dijo a la verde, verde
El hombre cuando es celoso
Se acuesta, pero no duerme
Chencha quiere a Sebastián
Chencha vuélvelo a queré
Con respecto a la presencia de este canto en suelo panameño, la explicación, muy clara, por cierto, la tuve en una entrevista con el maestro Francisco Rada Batista, ‘Pacho’ Rada, lograda en 1990 quien me comento: desde que yo vi la luz del sol allá en Plato en el año 1907 mi papa Francisco Rada Ballesta y los acordeoneros de allí tocaban un merenguito llamado ‘La chencha’, que con el conocido estribillo parrandeaban en época de carnaval.
Cuando se iniciaron las obras de construcción del canal de Panamá, llegaron de allá contratistas buscando mano de obra para ese proyecto y mucha gente de Plato viajó a trabajar al canal y entre ellos Cristóbal Passo, un músico de Santana (Mg), quien nunca regresó al pueblo y que allá murió, según testimonio de sus parientes cercanos.
Personalmente pienso que Passo popularizó el tema en cuestión en esas tierras y muchos años más tarde fue recogido por el órgano de Muños y la voz de Silvia, lo que hoy es una verdadera joya discográfica entre coleccionista de la vieja guardia.
EN PLATO, MAGDALENA
Sobre la presencia de este canto en la región de Plato algunos investigadores del vallenato reclaman la paternidad de este para Sebastián Guerra, un grandioso juglar del acordeón de la primera generación (1850-1880) que en los pueblos del rio dejó la huella de su acordeón y de sus cantares, de los cuales muchos se han rescatados merced a la tradición oral, pero sin que hasta el presente se conozca algo similar a los grabados por los panameños. Guerra murió cerca al año 1936 y había nacido en Rincón Hondo, hoy Cesar, en fecha cercana a 1870.
En esa misma década de los años cincuenta llegó a nuestro país procedente del oriente cubano por la vía de Venezuela el recordado trio La Rosa que aquí encontró un valioso punto de apoyo para sus producciones musicales en los cantos vallenatos que ya tenían un espacio ganado en el gusto popular, como fueron ‘La casa en el aire’, ‘Cállate corazón’, ‘La molinera’, ‘Angelita Lucia’ y la ya famosa ‘Chencha’ que incluyeron en el L.P número 2012 del sello Panart grabado en Cuba hacia 1958, tema que fue rubricado con la autoría de José María Peñaranda, quien en un par de años antes había grabado en la fábrica de disco Fuentes de Medellín el L.P. 0047 titulado ‘Chencha’.
La versión de ‘La Chencha’ del trio cubano fue tomado de la de Peñaranda, quien sin duda conoció algunos versos de la obra en sus andanzas por los pueblos del rio (Mg).
Sin embargo, en la interpretación de ‘La chencha’ del trio La rosa en su línea melódica tiene algunas sombras de la realizada por los panameños incluyendo similar estribillo, pero con cambios en la letra y en la estructura estrófica. Observemos:
La chencha se puso brava
Por qué el pelo le cogí
Chencha no te pongas brava
Chencha cógemelo a mi
A la chencha no le gusta
Cuando amanezco en la calle
Chencha yo le doy un beso
Chencha para que se calle
A la chencha no le gusta
Cuando voy a parrandea
Chencha sírveme otro trago
Chencha sírveme otro mas
Notamos claramente en estos versos la picaresca y el doble sentido del maestro Peñaranda.
Las exploraciones realizadas sobre este antológico canto nos dejan algunas inquietudes que son motivo de reflexión: si lo que tocaban los músicos en Plato (Mg) era un merengue que supuestamente fue llevado y popularizado en Panamá, porque nos lo devuelven con un ritmo diferente, que está más cerca de una cumbia panameña. Se fue en los botones de un acordeón y regreso en las teclas de un órgano.
Esto corrobora frecuentes casos que en este tipo de música folclórica al ir de un lado a otro cambiando la instrumentación, se puede fácilmente tener un ritmo diferente.
Por otro lado, la versión del cubano trio ‘La Rosa’ está en los linderos del paseo, aunque con sombras de guaracha, pues este grupo básicamente solo interpretaba boleros y guaracha.
La propuesta del cienagüero Eulalio Meléndez presente en la obra ‘Apuntes y Anotaciones sobre la historia de Ciénaga’, de don Ismael Correa, es similar a la panameña en ritmo y melodía, pero esto no tiene el suficiente asidero, solo retazos de oralidad de personas dignas de credibilidad pero que nos dejan con las mismas inquietudes.
RECORRIDO DE ‘LA CHENCHA’
Podemos puntualizar entonces que ‘La Chencha’ salió de Machobayo en un burro hasta la zona bananera, de allí siguió por caminos de herradura hasta Plato, para devolverse en barco hasta Barranquilla y de allí en ruta marina desembarcar en Panamá para regresar a Colombia en 1958 ya en un avión DC3. Hasta el presente solo se conoce en acordeón diferente a la de Peñaranda, la versión realizada por Mauricio Bolaño en el año 1990. En aras de seguir dándole claridad a este episodio queda abierta la ventana para darle entrada a cualquier elemento serio o documento valedero que nos haría replantear lo que aquí queda consignado.
POR JULIO C. OÑATE MARTÍNEZ/ESPECIAL PARA EL PILÓN