Ante el foco de fiebre aftosa confirmado en el departamento de Arauca, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, prendió las alarmas a los ganaderos del país por la posibilidad de contagio a sus animales.
La fiebre aftosa afecta a los bovinos, porcinos, ovinos, caprinos y otros rumiantes. El signo clínico característico es la aparición de ampollas (o vesículas) en la nariz, lengua, labios, cavidad oral, entre los dedos, encima de las pezuñas, ubres. Las ampollas reventadas pueden ocasionar cojera extrema y dificultad para moverse o inapetencia.
Las ampollas abiertas también pueden dar lugar a infecciones bacterianas secundarias. Otros síntomas observados con frecuencia son fiebre, depresión, hipersalivación, pérdida de apetito y de peso, así como caída de la producción de leche.
El ICA hace un llamado a los ganaderos del país para que acaten las medidas sanitarias que la entidad va a implementar para el control de foco y para trabajar de manera articulada para la notificación de sospecha de animales con síntomas compatibles con la enfermedad.
“Entre todos saldremos adelante de esta coyuntura y requerimos de la total disposición de los ganaderos. Con ellos hemos venido haciendo un trabajo eficiente durante los más de ocho años en los que logramos mantener libre al país de esta enfermedad con los ciclos de vacunación contra la aftosa que se ejecutaron con rigor”, subrayó el gerente general del ICA, Luis Humberto Martínez Lacouture.
Voceros del ICA seccional Cesar manifestaron que en la región Caribe, por ser zona fronteriza, hay riesgo de contraer la enfermedad. “Somos vulnerables por el contrabando de animales procedentes de Venezuela. El llamado es a los ganaderos que no permitan el ingreso de animales de contrabando, y que vacunen a sus animales”, dijo un vocero de la entidad.
Haciendo memoria
Colombia fue declarada por la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, como libre de fiebre aftosa con vacunación, el 28 de mayo de 2009. Desde ese año, en el país no se había presentado ningún caso positivo de esta enfermedad.
El primer caso de fiebre aftosa se registró en Colombia en 1950 y se determinó que procedía de Venezuela. En su momento generó graves consecuencias económicas a los ganaderos, teniendo en cuenta la facilidad de transmisión.
El foco reciente de la enfermedad fue detectado en una finca del departamento de Arauca, en un predio registrado ante el ICA y que cumple con los requisitos sanitarios. De 136 animales que posee el predio, siete presentaron lesiones vesiculares que dieron resultado positivo a fiebre aftosa tipo “0”.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN