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Fobia vallenata

Por Celso Guerra 

Desconocemos las razones  que tiene  el sujeto que se esconde bajo el seudónimo  Ensuncho de la Bárcena,  aparecido como columnista invitado del diario El Espectador del 26 de junio del presente año,  destilando hiel, en contra de la música  vallenata.

Lo que sí le decimos  a él y a todo el pueblo de la sabana, que nosotros no  manifestamos  las  mismas palabras hirientes y de odio, en contra de la bella música de  ese lugar del país, como él lo hace con la nuestra, porque aquí  la hemos cobijado y disfrutado.

Valledupar y la región fueron terreno fértil para la conformación de bandas y grupos que interpretaron muy bien la música folclórica del departamento de Bolívar Grande, los vallenatos otoñales recuerdan con agrado a la banda de ‘Manito’ Johnson de La Paz; Reyes Torres, de Villanueva;, Los Cumbancheros del Ritmo, de La  Jagua Ibirico, la Banda de  San Diego, Los Modernos de Valledupar; Rita Cecilia de Urumita y la mítica banda Los Picapiedras, solo para mencionar algunas, que aún se recuerdan con nostalgia, en la mayoría de estas agrupaciones orquestales, había músicos procedentes los departamentos  sabaneros.

Estas  razones  connotan, la importancia que el Valle le dio al Porro, a la Gaita, al Mapalé y al Fandango, debido a que aquí  tuvieron su santuario agrupaciones de allá, que venían a deleitarnos como: Lucho Bermúdez, Clímaco Sarmiento, la Sonora Cordobesa, Los Corraleros de Majagual, Michi Sarmiento, Rufo Garrido, Pello Torres, Antolín Lenes y  Lucy González, estos últimos  nos regalaron una de las canciones más preciosas, que tiene el cancionero vallenato,  Sonia Cotes. También estuvieron las famosas bandas papayeras, las mismísimas ‘chupa cobres’, deleitando tantas fiestas, alboradas y retretas pelayeras.

Ha sido tan  fuerte la influencia de la música pelayera en el Valle, que  bandas de Becerril y Valledupar, han ganado varios festivales de allá, la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, organizó durante cuatro años consecutivos el Festival de Bandas en la mítica tarima Francisco el Hombre, así que de  cuál  profanación nos habla el columnista pasquinero, porque  50 años después, la música vallenata se apoderó de los escenarios del mundo y con ellos obviamente, la región de San Pelayo, apoyo que los nuestros sí han agradecido, rescatando sus canciones incluyendo las de Pablo Flórez.

La región sabanera, ha tenido buenos músicos, lástima que a los más sobresalientes del momento, Francisco Zumaqué Jr., y Justo Almario, les parezca más atractivo tocar música de otras latitudes, mientras  las suyas carecen de sus talentos.

Nos duele  la crisis de la música sabanera, porque como puede ver, nosotros sí le brindamos,  el apoyo que requería. No busque la fiebre en las cobijas, la música vallenata no es responsable de sus  problemas musicales,  el rescate musical del porro es deber propio de los sabaneros, a quienes hemos coronado Reyes Vallenatos y siempre serán bienvenidos a la tierra vallenata.

 

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