Continuación. El liberalismo clásico tiene su correlato en el Estado clásico, esto es, con funciones apenas limitadas a la seguridad pública, interna y externa, garantías jurídicas de los derechos civiles y políticos, establece las relaciones diplomáticas internacionales. Pero este Estado pequeño se ha venido moviendo hacia un Estado más incluyente y benefactor, como lo contemplamos hoy día.
Relación del liberalismo con la democracia. El liberalismo ha propuesto y logrado el avance de la democracia en el mundo. De tal manera que podemos afirmar que la democracia hace parte del credo liberal, aunque son dos cosas distintas.
El liberalismo trata de las funciones que el Estado debe cumplir, al paso que la democracia se interesa por las formas pacíficas para lograr el cabal cumplimiento de aquellas funciones y elegir a las personas que se hagan cargo de dirigir el Estado. Esto es, el liberalismo propone las tareas del Estado y la democracia establece las formas de llevarlas a término.
Por fin, a continuación me refiero brevemente a las principales escuelas del liberalismo político, las que no se pueden desasociar de las de las diversas teorías económicas, pues unas y otras se corresponden o se entremezclan.
El liberalismo político y económico clásico, también llamado minárquico, esto es, el que se caracteriza porque el Estado no tenga sino funciones mínimas, por ejemplo, las de seguridad, interna e internacional, relaciones diplomáticas con otros Estados, de la justicia y garantías de los derechos civiles y políticos; y en el aspecto económico, la libre economía de mercados.
Social democracia, cuya oferta de derechos políticos es muy amplia, inclusive laxa, pero más bien socialista en materia económica.
Ordoliberalismo, que apuesta por la libre iniciativa individual, y en materia económica estimula la libre competitividad económica.
Libertarianismo, que aboga por una abierta individualidad en lo político y en lo económico, y opta por quitarle al Estado el monopolio de la fuerza coercitiva.
Agrego, no propiamente escuelas, sino tendencias liberales económicas: el Keynesianismo, que resumidamente es una política económica que ante una crisis de este género, estimula el gasto público y el aumento del empleo, para procurar el crecimiento económico. El neoliberalismo, que también es ante todo una política económica, amigable con las aperturas económicas globales, y con la privatización de las empresas estatales.
Por Rodrigo López Barros-rodrigolopezbarros@hotmail.com