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Fidel: tirano y fascista

Fidel Alejandro Castro Ruz desde su fallido intento de asalto al Cuartel Moncada, su llegada e ingreso a Sierra Maestra, el inicio de la revolución y posterior derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista, su ascensión y perpetración en el poder ha despertado amores y odios.

Es común encontrar como algunas personas lo enaltecen como excelente orador, jurista, político, estadista, transformador, líder e inspirador de la revolución cubana y de américa latina, así mismo otros lo desmeritan y acusan de fascista, dictador, tirano, violador de derechos humanos, perseguidor de la libertad de prensa y hasta asesino.

Quizás las dos vertientes tengan algo de razón, para ambas concepciones Fidel es como lo que aseguran, por un lado lo responsabilizan de una censura férrea, racionamiento precario de su población, el exilio de más de un millón y medio de cubanos, encarcelamiento y fusilamiento de opositores, pero también es cierto que detrás de esas aseveraciones existen unos hechos que hablan por sí solos, o por su forma de gobernar y pensar, por eso llama la atención que como legado haya logrado que Cuba sea reconocido por la Unicef como un país sin desnutrición infantil y con la tasa de mortalidad más baja de América Latina, mientras que en países donde es duramente criticado sus niños mueran diariamente por desnutrición ante la mirada cómplice de la clase política.

De la misma manera su sistema de salud es un ejemplo para el mundo de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, desarrollaron cuatro vacunas contra el cáncer, cuenta con el mayor número de médicos por cada mil habitantes, lo que contrasta con los servicios de salud paupérrimos y negligente atención que se presta en las naciones donde su nombre es insultado y su muerte se convierte en motivo de júbilo.

Así mismo Cuba cuenta con uno de los mejores sistemas educativos de América Latina, donde se garantiza la gratuidad hasta en la educación superior, es uno de los países que más aporta del PIB a la educación, su sistema establece un docente por cada 10 estudiantes, mientras que las naciones de sus detractores la educación es un fracaso, su acceso es un privilegio y la inversión al sistema es escaso, lo que los ha condenado al atraso y una mala educación.

Fueron muchos los obstáculos que debió superar y sortear Fidel, un bloqueo económico de la máxima potencia mundial, conspiraciones para derrocarlo, la caída del bloque soviético, la crisis de los misiles o más de 600 intentos de asesinatos, pero Castro salió adelante e inculcando sus ideas revolucionarias, se retira del poder y muere a sus 90 años en su hogar en Cuba.

A partir de allí comienza la disputa entre sus defensores y sus detractores, pero él firme en su pensamiento seguro está expresando “los hombres mueren, el partido es inmortal”, y previendo la andanada de críticas se encontrará recitando su frase más celebre: “Condenadme, no importa. La historia me absolverá”.

Por Diógenes Pino Sanjur

Categories: Columnista
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