Por: José Gregorio Guerrero
Ya los que saben las historias, mitos, leyendas, cuentos de nuestros antepasados se están muriendo y sería imperdonable, que se muriera el último y nosotros quietos, impávidos, sin hacer nada por recuperar unas joyas que aún permanecen incontables en el frio y seco baúl del anonimato.
He dicho siempre y soy un convencido que tenemos algo más fuerte que la música: las historias. Tan fuerte son, que dieron origen a la música vallenata; porque no es un secreto que las letras de las canciones vallenatas son crónicas cantadas de acontecimientos pueriles que alegran nuestros corazones. Que hermoso sería escuchar en un escenario la historia, por ejemplo, de la Llorona contada por un viejo que cuando niño la sintió llorar; o escuchar la versión real de los que vieron caer piedras mojadas del rio, que tiraban los monitos a cientos de distancia simplemente porque se les daba las ganas de tirarlas; o escuchar a los que vieron volar brujas en escobas de noche, y de día eran amas de casas común y corriente, que se veían bien temprano barrer la puerta de la calle con su vehículo nocturno.
Hoy la imaginación de la juventud que se levanta está basada en cimientos débiles, ajenos, forjados por extranjerismos que consumen nuestra cultura y terminan imitando lo que les vende la televisión y la internet; mientras nuestra verdadera marca desaparece en el tiempo consumida por la tecnología mal usada, y ayudada por nuestra negligencia al negarnos a salvar lo nuestro, lo que Dios nos dio.
Que bueno sería para Valledupar que se llevara a cabo el primer festival de tradición oral Ciudad de Valledupar; y que con el tiempo alcance la grandeza del festival Vallenato. ¡Es posible!
Hoy hago un llamado al pueblo de Valledupar, a su Alcalde, al Gobernador, a sus Representantes y Senadores al coordinador de cultura municipal; a los activistas y gestores culturales, a todos aquellos que sienten y les duele Valledupar, a que cada uno ponga su granito de arena para llevar a cabo esta empresa que, sin lugar a dudas, dará de que hablar en el territorio nacional.
Por ahora estoy reuniéndome con María Victoria de Hernández, una bogotana de padres santandereanos, esposa de guajiros e hijos valduparenses que también se identifica con la causa, y con Leonardo Maya, un amante de nuestra cultura. Los interesados, por favor, dejar sus datos en el correo; goyoguerrero100@hotmail.com y pronto se les estará llamando para iniciar con las reuniones pertinentes. Valledupar se lo merece, revivamos las historias para que nunca mueran, y la única forma de preservarlas es contarlas a nuestros hijos.
¡Pongamos hablar a Valledupar!.
Feliz fin de semana