Hoy es Navidad, el dulce y extraño aliciente del día más hermoso y esperado del año, una gran fiesta que reúne a la familias y a los amigos, alrededor del pesebre, en donde se conmemora el nacimiento del Niño Jesús, un acontecimiento especial y grandioso, que eleva espiritualmente a la humanidad y nos invita a apreciar lo bello de nuestra existencia, a dejar rencillas y odios para compartir un sentimiento de hermandad.
Nuestra gran responsabilidad es seguir informando con altura y respeto a nuestros lectores, dándole un buen trato a la noticia, la comunidad merece en estas fechas un mensaje de esperanza, y es lo que pretendemos con estas cortas líneas, que se reproduzca la semilla del bien en nuestra región, la alegría, la veracidad, el trabajo en equipo, el perdón y la fraternidad.
Somos una tierra con enormes posibilidades de desarrollo y cultura, pero solo si mantenemos vivo este espíritu, lograremos paz para las nuevas generaciones.
Es el momento oportuno para orar por los que están enfermos, por los secuestrados, por los trabajadores discapacitados, por los campesinos, por las amas de casa, por aquellos que están desempleados y por todas las personas que integran esta gran sociedad.
La Navidad es tiempo de amor y de paz, período propicio para el reencuentro, para seguir anhelando un futuro mejor, para soñar con una sociedad mejor, menos violenta y más tolerante, con mandatarios comprometidos y con un pensamiento transformador, todos podemos aportar al crecimiento y es ese aporte, el que hace verdaderas personas de bien.
Hasta la naturaleza celebra, la luz del sol es de un brillo magnífico, la brisa y su ventolera mitigan las altas temperaturas, el cielo es más diáfano y parece como si brillaran mucho más las estrellas. No son necesarios gastos exorbitantes para que haya regocijo. Es una alegría que brota de lo más íntimo de quien tiene conciencia de lo que representa el nacimiento de Jesús en aquella fría noche de Belén.
Desde la empresa Comunicaciones Integrales S.A. y su diario EL PILÓN enviamos un mensaje de optimismo, para renacer en el plano emocional, mental y espiritual, que se convierta en motivo de orgullo para seguir adelante.
A todas las familias vallenatas les deseamos una noche de paz, una noche buena y que la gracia de Dios llegue a sus hogares.
¡Feliz Navidad!