“Ángeles y profetas de nuestro tiempo cuando aman la Verdad”. Hoy nuestra atención se dirige a estos hombres y mujeres que en el mundo actual movidos por el amor a la verdad, a veces hasta sin saberlo, rinden honor a Dios, que es la verdad misma y es también la comunicación perfecta.
Se trata de los periodistas o comunicadores sociales, seres únicos en género y especie como ángeles y profetas que anuncian noticias buenas y malas, que denuncian injusticias, que relatan sucesos memorables, esos que marcan la historia; personas que se involucran en el diario vivir de los otros para entender su mundo y darlo a conocer a los demás, sacando a flote la verdad oculta, para que ésta brille ante los hombres y deje grandes lecciones a todos.
Son verdaderos periodistas, aquellos que se sienten Ángeles y Profetas de la humanidad, que anuncian y denuncian, esos que no manipulan la verdad ni la venden al mejor postor. Esos que no temen quedar sin trabajo, ser excluidos o perder la vida misma en el ejercicio de su gran pasión que es la Verdad.
Hoy elevo una súplica entrañable a San Gabriel, arcángel, patrono de todos ellos, para que los guíe, acompañe, anime y proteja en el trasegar de su existencia. Él que anunció las buenas y grandes noticias en la Biblia, hasta llegar a la mejor de las noticias, esa que cambió los hilos de la historia humana para siempre: La Encarnación y Nacimiento del Hijo de Dios entre los hombres de las entrañas de la Santísima Virgen María.
Pido a Dios que a todos los periodistas, los bendiga: que abra sus cinco sentidos para que escuchen su Palabra, pero también el clamor de los que sufren; que ponga en su boca palabras sabias para denunciar la maldad y consolar al abatido: que sus ojos vean las injusticias y las denuncien sin temor alguno, pero también proclamen con valentía tantas cosas bellas, buenas y verdaderas qué hay entre los hombres y nos hablan de Dios; que sus manos y sus pies estén prestos a socorrer al necesitado que espera ser ayudado; que su olfato sea agudo para percibir lo malo y evitarlo, lo bueno para practicarlo; que su conciencia siempre esté limpia y sus corazones no se manchen con la escoria de la corrupción que carcome nuestro país; que su inteligencia se mantenga viva y se hagan sabios para vivir en armonía con la naturaleza, con los demás, consigo mismos y con Dios.
Que este día del Periodista, sea maravilloso, así como todo el 2018. Dios los bendiga, guarde y haga feliz a todos.