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¡Feliz cumpleaños Astrea!

Un día como hoy, hace 83 años, se fundó Astrea como un asentimiento humano en terrenos donados por don Ramón Posada y uno de sus hermanos, en los cuales se construyeron las primeras casas. Esto se dio gracias a las correrías que en épocas de sequía los ganaderos de los municipios de Mompox, San Sebastián, Guamal y Pijiño, trasladaban sus ganados a los playones del río Cesar, convirtiéndose Astrea en un paso obligado.

Astrea fue elevado a municipio el 26 de noviembre de 1984, pero sigue siendo el 18 de abril de 1936, la fecha más emblemática para sus más de 20 mil habitantes; gente de empuje, trabajadora noble y resiliente, que sabe salir adelante a pesar de las adversidades.

Hoy cuenta con 22 barrios y seis corregimientos: Hebrón, Santa Cecilia, La Y, Arjona, Nueva Colombia y Montecristo, estos dos últimos apenas el año pasado dejaron de ser veredas.

Las dificultades económicas de este municipio de sexta categoría se reflejan en su humilde pero significativa celebración, que solo consistirá en actos religiosos de acción de gracias y una torta para los funcionarios de la administración.

Este es uno de los municipios con mayor fortaleza agrícola del Cesar. Sus terrenos además de ser propicios para la actividad ganadera, ocupando un 60% para la ganadería extensiva y doble propósito, permiten el cultivo de maíz, yuca, patilla, arroz, cítricos y palma.

Hay que destacar que en los años de 1990 – 1995, se cotizó como el primer municipio productor de maíz en Colombia, en donde hizo presencia el Instituto de Mercadeo Agropecuario, Idema, a través de la Cooperativa Coopas, que les compraba el producto directamente a los campesinos.

Astrea ha demostrado resiliencia porque superó el estigma del paramilitarismo, el conflicto armado indudablemente torpedeó su progreso como municipio, pero se ha logrado avanzar en varios aspectos de educación, salud y vivienda.

Exhortamos a los campesinos, comerciantes, ganaderos y demás habitantes de este terruño a seguir trabajando en equipo para solucionar sus necesidades básicas insatisfechas.

La gran maldición de Astrea ha sido la escasez de agua potable, se abastece con dos pozos profundos, San Nicolás y Mano de Dios, cuyo funcionamiento depende del precario servicio de energía eléctrica que mueve las motobombas. Se requieren seis pozos para garantizar una buena cobertura en la zona urbana y rural.

El alcalde Sandy Sepúlveda ha tenido buenas intenciones, está trabajando en un nuevo pozo y en el mejoramiento del precario alcantarillado, pero el rezago de anteriores administraciones lo lleva a cuestas y el reto de seguir impulsado el desarrollo del municipio recaerá sobre los hombros de quien el próximo mes de octubre sea elegido por astreanos.

Pedimos al gobierno departamental y nacional una mirada más profunda a Astrea, un pueblo que también merece transitar por el camino del desarrollo y la paz.

Categories: Editorial
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