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Fedecafé le apuesta al empalme generacional

Los hijos de los cafeteros son capacitados para que se queden en el campo y no se vayan a la ciudad.

Buscando hacer competitivo el sector caficultor y enamorar a las nuevas generaciones del campo para que no se vayan a la ciudad a engrosar la informalidad, la Federación de Cafeteros (Fedecafé), y el Comité de Cafeteros Cesar-Guajira capacitan a 720 jóvenes en el programa técnico laboral en Trabajador Agrícola Café.
El programa cuenta con aprobación de la Secretaría de Educación Departamental y prepara a jóvenes del Cesar, La Guajira y el Magdalena, quienes durante 11 meses se capacitan para que sean un complemento de sus padres y familias en el campo.
En el Cesar el programa funciona en la granja del Centro Nacional del Café, Cenicafé, que tiene la Federación, la cual además ha querido que sea una sede de la Fundación Manuel Mejía que forma caficultores a nivel nacional y tiene su sede principal en Chinchiná.
“En convenio con la fundación se estableció en la granja una sede que está aprobada por la Secretaria de Educación Departamental y nos han aprobado un programa de técnico laboral en Trabajador Agrícola Café, en el cual estamos capacitando a 25 jóvenes cafeteros para que con esa formación tengan una visión de empresario, más que de un caficultor normal, para que conviertan su finca en una empresa. Este curso dura 720 horas, o sea 11 meses, son 15 créditos, seis encuentros de 15 días en la granja con un componente virtual”, dijo el director del Comité de Cafeteros del Cesar y La Guajira, Álvaro Osorio.
El grupo fue visitado días atrás por el gerente general de la Federación, Roberto Vélez, quien se sorprendió con el avance de los jóvenes.
“Es muy grato para nosotros todo el aprendizaje que han tenido, queremos seguirle apostando al tema, queremos ver cómo montamos otro curso, pero más amplio, con la participación de varios comités, la idea es que participen los comités de Santa Marta, Santander, Norte de Santander, La Guajira, el Magdalena para que tengamos mayor cobertura”, afirmó Osorio.
Con este tipo de cursos la Federación no busca reemplazar al caficultor tradicional, porque este cuenta con mucha experiencia y conocimiento, pero sí que el joven cafetero lo complemente y evitar que salgan a la ciudad a engrosar cordones de miseria y vivir de la informalidad.
La formación que reciben les permiten desarrollar una actividad con posible éxito, pero tienen el gran inconveniente de la precariedad de las condiciones del campo, debido a que la vivienda es mala, las vías terciarias son pésimas, no tienen acueductos veredales, no hay luz y mucho menos conectividad: “Entonces el joven sino tiene las condiciones mínimas en su vida digna es muy difícil que se quiera quedar en el campo, sino tiene conectividad, porque hoy el joven es virtual y sino tiene esas posibilidades en las fincas vamos a tener que seguir viendo la informalidad en las ciudades, porque el caficultor no se va amañar en el campo, nosotros los capacitamos, pero necesitamos un complemento”, agregó Osorio.
Hoy el sector agropecuario tiene dificultades en materia de profesionales que quieran trabajar en él, debido a las limitantes, por lo que muchas son las voces que piden sembrar las regalías en el campo, para que haya más vías, electrificación, conectividad y calidad de vida.

Por: Sandra Santiago B. / EL PILÓN
Sandra.santiago@elpilon.com

Categories: Económicas
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