Se dio en Bogotá, con los actores más encarnizados de la guerra, comandantes paramilitares y representantes de las Farc, los mismos que en los últimos 40 años, bañaron al país de sangre; unos con ideas de cambio social y los otros con argumentos de defensa de la sociedad; ambos terminaron mal, no lograron nada y desviaron sus propósitos, más que todo por el narcotráfico y la desmedida ambición económica, afectando mayormente a la población civil que terminó sumida en un brutal y salvaje conflicto, saturado de víctimas inocentes.
Estuvieron en una misma mesa: Fredy Rendón, alias “El Alemán”, Ernesto Báez y Diego Vecino, representando a los paras y la cúpula mayor de las Farc, Iván Márquez, Jesús Santrich y Pablo Catatumbo. Conversaron sobre lo que se viene para el país en temas de posconflicto, con un evidente propósito, que se sepa la verdad y no volver por ese camino de guerra, odio y sangre. El proceso con los paramilitares no fue un dechado de virtudes, pero contribuyó a desarmar un aparato de muerte; lo mismo que el proceso con las Farc, que va camino a la implementación, no fue del todo positivo en temas de justicia, aunque sí dejó un saldo favorable en temas de vidas humanas salvadas, que es lo más importante. Ya es hora de darle una oportunidad diferente a Colombia, que se logren consensos y se planteen temas de inversión a las clases menos favorecidas; acabar el juego siniestro de algunos políticos que no tienen el poder y quieren recuperarlo con base en un discurso anacrónico. No podemos seguir dejándonos guiar por los que utilizan el conflicto para lograr sus ambiciones, ni de los líderes, más que todo gremiales, quienes a costa de mantener la guerra, no quieren que se sepa lo que verdaderamente ocurrió, porque se verían salpicados. El mayor compromiso de esta reunión parece ser la verdad, lo que se quedó por fuera de justicia y paz y lo que tienen que contar los miembros de las Farc, para poder dejar atrás todo el resentimiento que nos carcome por un conflicto cruento y largo; también EEUU debe ser partícipe, para que los que están presos puedan contar lo sucedido y sean incluidos en un programa de reincorporación, aunque se vea difícil, ahí jugarán un papel clave el gobierno y el manejo diplomático, es necesario porque en las celdas gringas hay muchas verdades que no pueden quedarse enterradas. Además, la reunión también cierra el espacio para que no se presente otra matanza estilo UP que sería un retroceso histórico.
El reto como sociedad es inmenso y demuestra que si ellos, los verdaderos enemigos, los que se echaron bala, pueden reunirse y reconciliarse ¿Por qué no los colombianos del común? Nos corresponde seguir este ejemplo y dejar de agredirnos por intereses de otros, hay que agradecerle al padre Francisco de Roux porque logró la foto que hace pocos años parecía imposible y permite seguir cerrando capítulos de dolor en un país maravilloso que merece un mejor futuro. @JACOBOSOLANOC
Por: JACOBO SOLANO C.