REDACCIÓN/ EL PILÓN
Familias de la comunidad Umariwa perteneciente a la etnia arhuaca con asentamiento en el corregimiento Azúcar Buena, jurisdicción de Valledupar, participaron en huertas con cultivos biofortificados de maíz, arroz, frijol y batata, con la asesoría y acompañamiento de un equipo técnico de Agrosavia y Agrilac.
De acuerdo con Agrosavia en la supervisión se verificó que la comunidad siguió de manera efectiva los protocolos para la continuidad del cultivo de frijol que inició a finales de septiembre de 2022, con la siembra de 20 kg de semilla suministrada por la iniciativa para el establecimiento en la parcela comunitaria ubicada en la finca La Lucha.
De esta manera se le dio manejo al cultivo y se cosechó colectivamente para la posterior distribución a cada una de las 30 familias de esa comunidad que la sembraron en sus huertas.
El comisario de la comunidad, Jesús Ramón Torres, indicó que se priorizará la entrega de semilla a los agroecólogos étnicos de la comunidad y a las autoridades al tiempo que pudieran compartir la experiencia propia en sus distintas huertas.
Cabe señalar que todas estas prácticas se realizan con enfoque étnico adelantado por Fondo Acción que llegó a dicho territorio desde el año anterior.
En este sentido, la líder técnico de Agrosavia, Adriana Tofiño, indicó que “uno de los elementos más importantes de esta iniciativa es que las comunidades han podido optimizar las tecnologías tradicionales, pues a partir del seguimiento al desarrollo de las plantas se puede tomar la decisión de ajustar las cantidades de los biopreparados para la adecuada nutrición y control sanitario”.
Igualmente la funcionaria destacó que, “uno de los aspectos a destacar es que las autoridades materiales y espirituales fueron partícipes en la siembra del frijol biofortificado Agrosavia Rojo 43, por ello la importancia de que los líderes de las comunidades se involucren directamente en el proceso”.
También la entidad indicó que además de la supervisión técnica, se realizó la socialización de resultados de la segunda fase de la iniciativa con la comunidad y los actores de interés regional, nacional e internacional.
“Nos hemos beneficiado mucho con la siembra del frijol, lo podemos consumir y vender, así que solo nos ha traído cosas positivas. Espero que esta semilla no se acabe nunca y pueda perdurar hasta nuestros nietos y bisnietos”, apuntó Marilza Villafañe, líder semillero de Umuriwa y encargada del sondeo de mercado, actividad incluida en la segunda fase de Agrilac.
En el evento se entregaron semillas de frijol biofortificado Agrosavia Rojo 43 y Batata Aurora a lideresas campesinas de seis municipios del Cesar: La Jagua de Ibirico, Becerril, Valledupar, Pueblo Bello, Codazzi, La Paz y El Paso. Asimismo se distribuyeron semillas a pueblos ancestrales, como fue el caso de consejos comunitarios de Guacochito y la Jagua de Ibirico. Además, material vegetal a representantes del pueblo indígena Kankuamo de Atanquez y Chemesquemena. Igualmente, a las comunidades Arhuacas Umuriwa, Birwa e Ikarwa se les suministraron ejemplares de estas semillas.