X

Falta solidaridad con La Guajira

El jueves pasado asistí al Foro: ‘La Guajira, una mina de oportunidades’. Aunque llegué con media hora de retraso ­según la hora programada­, el evento todavía no había comenzado, quedando desconcertado ante la escasa concurrencia que, a pesar del subsiguiente amplio compás de espera, la asistencia fue insignificante.

Mi desconcierto se debe a que la cantidad de guajiros residentes en Valledupar es bastante numerosa, algunos de ellos con fortunas¬ prósperas; en consecuencia, considero que a la mayoría de los guajiros, poco o nada les importa los problemas de la gente que vive en su terruño de origen, que hoy día atraviesa situación calamitosa y el futuro se avizora peor, si no se aprovecha de manera diligente y solidaria la riqueza natural que tiene La Guajira, diferente a la explotación de carbón, que según estimaciones reales, su extracción en el Cerrejón terminará en 2034 y, por ende, La guajira dejará de recibir tantas regalías.

Los expositores del Foro con base en estadísticas oficiales presentaron el panorama real del departamento de La Guajira, que si bien, históricamente, su gente ha sorteado la decadencia de múltiples bonanzas económicas, su gente, especialmente la dirigente debe cambiar tal cultura, generalmente inmersa en la ilegalidad. Prueba de esto es la ingobernabilidad presente, por la destitución de gobernadores involucrados en actos de corrupción administrativa.

Uno de los panelistas del foro, con más palabras o menos, dijo: Más que plata el problema es de gobernabilidad porque, hay estrecha relación entre gobernabilidad y pobreza. No en vano Colombia es uno de los países donde la repartición de la riqueza es muy desigual, iniquidad que mantiene alta población en pobreza absoluta, que es una injusticia social inaceptable que conlleva a enfrentamientos entre luchas de clases sociales.

Sin duda alguna la anterior circunstancia es uno de los factores por el cual ha perdurado durante más de 50 años el conflicto interno armado colombiano, que no ha terminado por diversas causas, entre ellas la falta de solidaridad de los pudientes con los menesterosos. Es decir, que el esfuerzo de los ricos debe dirigirse, para acabar o por lo menos disminuir las calamidades de los pobres. Desafortunadamente, la clase dirigente no ha querido entender y mucho menos ha tenido la mínima voluntad en desprenderse de tantos privilegios, muchos de ellos adquiridos de manera perversa.

Retomando lo expuesto en el foro: “La Guajira una mina de oportunidades. Se concluye que la explotación del carbón del Cerrejón no ha sido tan beneficiosa para La Guajira que, por dicha, tiene otras fortunas naturales, para explotarlas con mayor responsabilidad y solidaridad. Uno de estos dotes naturales son los 350 kilómetros de costas en el océano atlántico, además la Sierra Nevada de Santa Marta y la del Perijá, amén de la música compartida con su región vecina, cuyos talentos la han encumbrado a nivel internacional.

Con esfuerzo, voluntad y solidaridad se logrará que el turismo sea la fuente que dinamice la economía, no solo de La Guajira, sino de toda la región, para lo cual hay que construir la infraestructura y alcanzar la educación que no obtuvimos con las regalías de la explotación del carbón.

Categories: Columnista
Jose_Romero_Churio: