Siempre se ha armado un escándalo cuando muchos educadores no pasan las pruebas de conocimiento en los concursos de docentes, pero yo diría que no solo los educadores se rajan y son motivos de preocupación y críticas, pero también hay muchos profesionales, entre ellos los abogados que inspiran poca confianza a la comunidad y que se encuentran a la vuelta de la esquina.
En verdad, hoy escasean los jurisconsultos y los tratadistas de las respetables ciencias jurídica y en cambio abundan los picapleitos, tinterillos, algunos ejercen la usura, otros negociantes que se dedican al remate de bienes, estafadores y abogadiles de mala muerte, viendo a quien explotan o a quien le hacen daño, naturalmente que se consiguen muchos abogados serios y honestos, en quienes se puede confiar, ejemplos hay muchos.
No cabe duda de que en buena medida el decaimiento de la justicia tiene explicaciones en muchos desventurados que como jueces o como ayudante de juzgados, tienen la grave responsabilidad de aplicarla y no lo hacen, tuercen su fallo. Da grima visitar algunos juzgados y encontrar condiciones ambientales lamentables, falta de organización y congestión de negocios; y lo que es peor, funcionarios desmotivados de un bajo perfil profesional, fruto de las famosas universidades de garajes que hoy se cuenta por docenas en todas nuestras ciudades.
Pero los bajos niveles profesionales se dan, inclusive en la arquitectura a lo que debe añadirse la ausencia de orientación ética de muchos de ellos ¿de qué nos sirve guardar cada año a miles de profesionales, muchos de ellos sin más respaldo que un cartón (A veces chimbo) ganado a los apuros en entidades de educación superior, que no son sino un negocio lucrativo como cualquier otro? De este cuadro gris resultan muchas reflexiones las cuales en su conjunto apuntan a señalar un retroceso en nuestro sistema universitario y en la calidad de la formación impartida. La situación es tan grave que merece un examen muy profundo y correctivo. Aquí nos hemos dedicado a producir doctores en cantidades inverosímiles.
Y como es mi costumbre manejaré otros temitas:
A través de diversas vías que en general son demasiadas angostas he visto algunos carros de mulas que se parquean o van con su lógica velocidad parsimoniosa y causan en muchas ocasiones trancones o cuello de botella. Entiendo la necesidad de trabajo de estos usuarios, pero también deben de tener la regulación del Tránsito Municipal, en las hora de mayor tráfico por razones de alto flujo vehicular y la determinación de vías alternas. Esta es mi sugerencia muy respetuosa al dinámico Director de Tránsito.
POSDATA: Debemos abrir los ojos para no dejarnos engañar de algunos precandidatos a la gobernación y alcaldía, los perros abren los ojos a los 8 días, pero nosotros seguimos muchas veces ciegos. Un padre de familia patillalero, casado con otra patillalera, preocupado porque su hijo recién nacido no abría los ojos lo hizo examinar de un oculista y el galeno le manifestó “el que tiene que abrir los ojos es usted, porque este niño es hijo de un japonés”. Así estamos nosotros, en la época electoral, escuchamos la misma cantaleta y caemos en los mismos errores, por eso debemos abrir los ojos para saber a quién debemos acompañar y por quien debemos votar, pues da risa el nombre de algunos pre candidatos, mediocres, cuestionados y sin ninguna preparación y lo peor deshonestos y mentirosos, ya los conocemos. Y volvemos y caemos.