El mototaxismo, pese a su ilegalidad, en Valledupar, al igual que en otras ciudades de la Costa Caribe, se convirtió casi que en la única opción laboral para la mayoría de personas de los sectores populares.
En Valledupar, la falta de oportunidades laborales es el común denominador para el ciudadano de estrato bajo y medio, ese tipo de población ha podido subsistir gracias al mototaxismo, única forma de conseguir los ingresos para el sustento diario.
Según las últimas cifras reveladas por el Dane, el nivel de informalidad en Valledupar, en el trimestre de agosto a octubre de 2021, fue de un 61,5 %, cifras que la ubicabaron como la quinta ciudad con mayor cantidad de personas informales, solo superada por Riohacha, Santa Marta, Sincelejo y Cúcuta, capitales que, en igual medida, presentan el mototaxismo como una de las alternativas de subsistencia en la clase media-baja.
En Valledupar se estima que circulan alrededor de 70.000 motocicletas por toda la ciudad, según cifras reveladas a mediados del año anterior por la Secretaría de Tránsito Municipal.
PROGRAMAS DE RECONVERSIÓN, PERO NO PARA TODOS
Diario EL PILÓN se dio a la tarea de consultar a los mototaxistas sobre el tema de ayudas o algunos beneficios recibidos por parte de los gobiernos tanto municipal como departamental y según lo manifestado por estas personas existen dos programas encaminados a generar empleo, pero con más quejas que satisfacciones.
La primera iniciativa en ese sentido fue una convocatoria realizada por el Sistema Integrado de Transporte Público de Valledupar, SIVA, para operar los nuevos vehículos libres de contaminación que comenzaron a funcionar desde el último semestre del año pasado y el segundo proyecto tiene que ver con el polémico programa de los ‘1.000 empleos’ por la Gobernación del Cesar.
Para el primer programa, el SIVA anunció que se necesitarían 300 conductores, a los cuales el SENA formaría para que operaran el Sistema Estratégico de Transporte Público, SETP, de Valledupar.
Sin embargo, los motorizados se quejan por la forma en que se realizó la escogencia de los postulados. “El problema radicó en la elección a dedo de los que iban a estudiar, a pesar de cumplir con los requisitos, a mi no me hicieron un examen o algo con lo que pudiera competir. Todo quedó ahí, no me dijeron más nada”, dijo Carlos Mieles, mototaxista.
Otro de los inconvenientes, manifestado por algunos de los mototaxistas, tienen que ver con el cumplñimiento de los requisitos. “Eso es algo muy difícil de cumplir, porque nos pedían experiencia y licencia de conducción, porque muchos de los que laboramos en el mototaxismo no hemos tenido nunca otra oportunidad de trabajo”, dijo un mototaxista que prefirió ocultar su identidad.
Para el caso de los ‘1.000 empleos’, proyecto liderado por la Gobernación del Cesar, el descontento también fue general, según explica Gabriel Verdecia, quien señala que la administración departamental sólo le brindaba los trabajos a las personas que hicieron campaña para la elección del suspendido gobernador, Luis Alberto Monsalvo Gnecco.
Uno de los habitantes que logró acceder a dichos empleos le relató a EL PILÓN: “Como todo en Valledupar, para uno tener un trabajo debe estar en la ‘rosca’, a mí me sirvió haber hecho parte de la campaña y conocer a algunos líderes cercanos. Trabajé con el programa de los ‘1.000 empleos’ en el arreglo de colegios, pero solo fue durante dos meses”.
Alexander Villadiego, mototaxista, indicó que a pesar de tener una hoja de vida consolidada no ha logrado conseguir empleo puesto que siempre le hace falta una ‘palanca’ que lo impulse.
Por otro lado, Juan Paternina manifestó que a pesar de presentar problemas en sus riñones como consecuencia del mototaxismo y de tener conocimiento sobre el manejo de vehículos agrícolas, le es más rentable su oficio en la moto, ya que diariamente en un día ‘malo’ consigue mínimo 35.000 pesos. Valor superior al salario mínimo diario.
EL PILÓN quiso tener contacto con los encargados del tema en las administraciones municipal y departamental para conocer sobre más programas, sin embargo fue imposible obtener las declaraciones.
Si bien es desconocido el grueso de las políticas implementadas en Valledupar y el Cesar para la disminución del mototaxismo, es claro que muchas de estas personas argumentan no haber contado con alguna oportunidad para abandonar la actividad, a pesar que manifiesten las intenciones de dejarla a un lado por un empleo formal.
POR REDACCIÓN EL PILÓN.