Los datos del Ministerio de Salud de Colombia hablan de 28,6 millones de vacunas aplicadas en el país. De las cuales 12,5 millones de personas han sido completamente vacunadas, esto es el 24,9 % de la población. Un avance lento pero significativo que ha permitido que se reactiven muchos sectores de la economía, incluso aquellos que implican aglomeraciones.
Ahora ya no se concentran las medidas restrictivas en impedir las aglomeraciones, sino en incentivar la vacunación. Reportan medios internacionales que Francia implementó la exigencia de inmunización a los trabajadores de la salud, al igual que Italia y Grecia. Ahora municipios de Colombia se unieron a la polémica medida. Reportaron los medios nacionales que en el municipio de Sucre (Sucre) decretaron cuarentena para quienes no estén vacunados contra el covid-19.
Entonces, las personas que no tengan el carné que certifique la vacuna deberán quedarse en casa, como en la época de cuarentena. En caso de salir recibirán un comparendo y serán llevados de regreso a sus casas. Pero si quieren salir pueden dirigirse a un puesto de vacunación. Obviamente la medida causó polémica, pero fortaleció el debate.
Reportes de medios norteamericanos indicaban que en junio 130 personas murieron de covid-19 en Maryland, Estados Unidos. Ninguno de ellos fue vacunado, según el gobernador de Maryland, Larry Hogan. Además de esa tragedia la otra preocupación son las variantes, que lastimosamente hacen temer nuevos picos si no se agiliza la vacunación en países como Colombia.
Ese debate ya llegó al Cesar. En días pasados, en Codazzi empezaron a exigir el carnet de vacunación para entrar a eventos públicos. En Valledupar, el concejal Luis Fernando Quintero también propuso exigirlo. La propuesta no estuvo exenta de comentarios, más en favor que en contra; incluso algunos aprovecharon para hacer humor, asegurando que podría surgir el cartel de los carnets de vacunación.
Más allá de las diferencias, el debate se debe dar. Si una variante del covid-19 amenaza con un nuevo pico, con todas las muertes que ello representa, el cierre de muchas actividades, medidas restrictivas que terminarían de quebrar los negocios, y la única alternativa es que más del 90 % de la población esté vacunada, urge tomar medidas, pueden ser condicionales, para que cada vez más personas decidan inmunizarse.
En el Cesar el último informe señala que se han aplicado 489 mil dosis. No hemos llegado ni a la mitad de la población siquiera en primeras dosis. Por eso, aunque es válido el debate sobre empezar a exigir el carnet de vacunación para entrar a lugares públicos, primero, es necesario vacunar a la mayoría de la población del Cesar, para lo cual se debe aumentar el promedio de 7.000 vacunas aplicadas a diario. Cuando más del 70 % de los cesarenses esté inmunizado sí deberíamos, por responsabilidad, empezar a discutir la necesidad de tener el carnet de vacunación para entrar en lugares públicos.