El pasado viernes 23 de agosto, la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar, en acto solemne realizado en su flamante y elegante auditorio Macondo, les otorgó el título de Médico General a 22 jóvenes (9 mujeres y 13 hombres), casi todos oriundos de la región.
Evento histórico, teniendo en cuenta que son los primeros médicos que estudiaron y se formaron del principio al fin en la ciudad de Valledupar. Y recibieron sus respectivos diplomas en presencia de sus familiares y amigos, de invitados especiales, tales como prominentes autoridades municipales y departamentales, directores de instituciones de salud locales, tanto públicas como privadas, médicos jubilados, médicos activos en sus ejercicios y otras personalidades de Valledupar.
La solemne graduación comenzó con interpretación de música vallenata autóctona y alegoría teatral referente al legendario médico, Ciro Pupo Martínez, uno de los promotores precursores del Hospital Rosario Pumarejo de López, construido en la década de 1940, actualmente totalmente reformado, prestando servicio de salud de nivel I, II, III y IV, a la vez, es una de las instituciones de salud donde los médicos recién graduados por la Universidad Areandina hicieron prácticas de aprendizaje.
El doctor Afranio Restrepo Córdoba, especializado en oftalmología en la prestigiosa Universidad de Salamanca, España, y primer oftalmólogo que ejerció su profesión todo el tiempo en Valledupar, además exalcalde del municipio de Valledupar y el más prístino de los médicos homenajeados con ocasión de la histórica graduación, con 90 años, en representación del gremio médico de Valledupar, con su usual elocuencia se dirigió a todos los presentes en la histórica celebración. Especialmente, aconsejando a los primeros 22 médicos egresados de una universidad valduparense, a los cuales les enfatizó lo que significaba ser un buen profesional de la carrera médica.
Y, yo, les reitero a estos 22 afortunados noveles médicos, que la sola vocación no es suficiente para ser un buen médico, para lo cual también se requiere de otras condiciones también primordiales, tales como el genuino sentimiento de amor y respeto a toda la gente; es decir, no albergar ningún tipo de discriminación en la prestación del servicio médico, debido a que todos los enfermos merecen atención esmerada, lo contrario no solo es antiético, sino violatorio del derecho humano a conservar la vida con el mejor estado de salud posible. Además, los médicos deben actualizar sus conocimientos referentes a la atención de la salud, lo que se logra con educación continuada y constante revisión de la bibliografía médica pertinente. Asimismo, es indispensable cuidar la estética, porque los profesionales que ignoran la estética desvirtúan y pierden la confianza social y, por ende, generalmente son considerados malos profesionales.
Públicamente, manifiesto que toda la población vecina de Valledupar está altamente agradecida con los administradores de la Fundación Universitaria del Área Andina, por la importante y benéfica labor realizada que le impulsa prosperidad y bienestar a toda la región. La dinámica rectora de la Universidad Areandina, sede Valledupar, Gelca Gutiérrez Barranco (ingeniera industrial, especialista en Gerencia de empresas y en Administración, docencia e investigación universitaria. Y está estudiando Maestría de Innovación), me ha informado que de la sede que ella regenta han egresado 4 mil profesionales entre pregrado y posgrado. Enorme aporte digno de elogios y aplausos.
A la Universidad Areandina, mi agradecimiento personal por haberme incluido entre los médicos homenajeados con motivo de la histórica graduación de la primera promoción de médicos labrados en Valledupar. A mí me asignaron como el referente que debe imitar Michael Andretti Mendoza Rivera, uno de los 22 nuevos médicos recién graduados. Mi deseo es que le vaya muy bien en el ejercicio de la profesión médica. Basta con que cumpla las cualidades que permiten ser un buen profesional.
Por: José Romero Churio.