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Eutanasia – muerte asistida

El tema ha vuelto a tratarse y a practicarse recientemente en Colombia y en esta oportunidad con la muerte del señor Ovidio González, padre del caricaturista ‘El Matador’, ya con visos de legalidad. El señor González ante un cáncer que venía padeciendo en la cara, mediante Acción de Tutela, solicitó se le practicara la muerte, a la que oncólogos manifestaron que se trataba del acatamiento de una decisión judicial y que “se logró darle una lección al país”, al ser la primera institución en Colombia en aplicarla; expertos de la Asociación Nacional de Radioterapia ratificaron la condición de enfermo terminal.

La eutanasia no planteaba problemas morales en la Grecia antigua, ni tampoco suscitaba grandes debates; hoy la salud puede ser alcanzada con el apoyo de la técnica, de las ciencias naturales y de la medicina. Existen pensadores que justifican el término activo de la vida, condenado durante la Edad Media, pero se agrega a esta tradición algo que en esa época era una posibilidad inimaginable: La muerte de un enfermo ayudado por el médico. La realidad de los programas de eutanasia ha estado en contraposición con los ideales con el que se defiende su implementación; los médicos durante el régimen nazi hacían propaganda a favor de la eutanasia con argumentos tales como la indignidad de ciertas vidas que por tanto eran, merecedoras de compasión; para conseguir así una opinión pública favorable a la eliminación que se estaba haciendo de enfermos considerados minusválidos y débiles.
Por eso ante la realidad de los crímenes médicos durante el régimen nazi en los juicios de Núremberg, se juzgó como criminal e inmoral toda forma de eutanasia activa y además se estableció de manera positiva, es decir expresamente, que era ilegal todo tipo de terapia y examen médico llevado a cabo sin aclaración y consentimiento o en contra de la voluntad de los pacientes afectados.

En la actualidad, se sustentan diferentes opiniones sobre la eutanasia y son variadas las prácticas médicas y las legalidades en los distintos países del mundo, también en Colombia por sentencia de la Corte Constitucional. Profesionales de la medicina paliativa insisten en trabajar por la humanización en el trato con los moribundos y quieren contribuir a superar la distancia entre la vida, la muerte y las prácticas médicas.
Contra la voluntad no se debe matar a nadie, se le debe prestar cuidados igual que a cualquier otro. La despenalización de la eutanasia no significa obligatoriedad absoluta. El dolor actualmente se puede controlar; se disponen de medidas capaces para neutralizarlo; resulta incongruente seguir abogando por la eutanasia y la muerte asistida por motivos de compasión. En estos debates toman posición, médicos, abogados, filósofos, teólogos y muchos más.

El concepto de dignidad humana se invoca paradójicamente, tanto para defender la eutanasia como para rechazarla. Una muerte digna no consiste sólo en la ausencia de tribulaciones externas, sino que nace de la grandeza de ánimo de quien se enfrenta a ella. Morir con dignidad no significa elegir la muerte, sino contar con la ayuda necesaria para aceptarla cuando llegue.
A futuro, casos como el aquí referido debieran llamarse muerte asistida solicitada por el paciente de manera voluntaria y no eutanasia por lo que hemos expuesto. Es un tema que genera controversia y resistencia por parte de diversos sectores sociales, cuanto antes el Congreso de la Republica debe atenderlo y legislar al respecto.
jairofrancos@hotmail.com

Jairo Franco Salas: