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Europa y sus líderes de cartón

Por: Gustavo Cotes Medina

Es muy peligrosa la situación que se está viviendo en Europa, en donde, a pesar de las continuas y serias advertencias que se han hecho, sus líderes parecen no tener desarrollado el sentido de urgencia para aplicar los correctivos y evitar que se produzca una nueva recesión global. Su reconocida lentitud es un asunto que puede afectar a los habitantes de todo el planeta.
En el 2009, el mundo experimentó su primera contracción en más de seis décadas cuando se presentaron vientos de la debacle en el sector financiero, incluso en Colombia, y volver a un escenario similar es  cada vez más factible. En la desesperada situación de Grecia, a pesar de las medidas de austeridad, nuevos impuestos y recortes presupuestales, la brecha fiscal no se cierra a la velocidad que se espera y el costo social ha sido muy alto con un desempleo que supera el 16%.
A lo anterior se suma el riesgo que supone la caída de otras economías de la Eurozona que están altamente endeudadas como España, Portugal, Irlanda e Italia, y hasta la supervivencia del euro podría estar comprometida. Además, es necesario definir estrategias claras para salvar a un buen número de bancos que tienen inversiones importantes en bonos griegos.
Adicionalmente, la situación se complica y endurece ante la falta de acuerdo de los líderes europeos sobre cuál es la salida, porque detrás de esas posturas se encuentran los intereses particulares y políticos de Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy. Alemania y Francia son los países de mayor peso en el bloque comunitario y sus ciudadanos se cuestionan por qué están pagando los platos que otros rompieron y piensan que cada país tiene que cargar con sus problemas.
El resto del mundo está inquieto y nervioso incluyendo a Estados Unidos con Barack Obama quien, sin mayor autoridad de liderazgo, les ha pedido a sus colegas europeos que tienen que actuar con más rapidez para atender a la emergencia. Hasta ahora, América Latina ha salido bien librada a pesar de los altibajos en sus bolsas de valores y en las tasas de cambio. Además, los reportes por los lados de China tampoco son del todo tranquilizadores. En breve resumen, en Colombia la coyuntura no se puede desentender porque es muy complicada y susceptible de empeorar  si los correctivos no se toman a tiempo y con responsabilidad. Hemos sido un país prudente y no es el momento de especulaciones.
Es alentador que uno de los más importantes economistas del mundo, Lawrence Summers, ex secretario de Hacienda del presidente Bill Clinton, define así la situación de la economía de nuestro país: “Colombia dejó de ser un Estado fallido para convertirse en modelo internacional”. Pasó de ser un deudor con problemas a un país con una mejor calificación crediticia que la que tienen países como Francia. Pasó de ser un país que se preocupaba por la desaceleración en el crecimiento, a concentrarse en la aceleración del crecimiento. Este concepto es una lectura muy favorable para Colombia.
Hoy, algunos observadores destacan que están apareciendo en China una suma de factores que afectan su estabilidad política, como la inflación, la desigualdad y la corrupción. Los precios de los alimentos se están disparando. La desigualdad se compara con las peores del mundo y es muy visible. Los esfuerzos del Gobierno para controlar la corrupción no han tenido éxito y cada día son mayores los problemas ecológicos.
En 2010 ocurrieron en China 180.000 protestas callejeras por diversas causas, lo cual se puede interpretar que sus calles y avenidas se están calentando. Esta tendencia puede reducir el crecimiento de ese país y lo que pase allí nos afectará a todos. ¿Será que el peligro no es solo Grecia y la Eurozona?
AGREGADO: A la creciente producción de carbón, estimada este año en 90 millones de toneladas, la Costa Caribe responde con 10 proyectos portuarios que la posicionan como la región de mayor participación en los planes de los inversionistas nacionales y extranjeros. ¿Pensando en grande?

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