Para aumentar la participación ciudadana y bajar los altos índices de apatía que se registran en el Cesar, en especial en su capital, es necesario que se fortalezca este propósito desde todas las áreas de la sociedad. No sólo es un asunto que debe enseñárseles a los jóvenes cuando llegan a la universidad, sino desde temprana cuando están en proceso de formación en el preescolar, la primaria y el bachillerato.
La formación es importante desde el hogar. ¿Qué clase de ciudadanos estamos formando? Es la pregunta que se hacen en varios escenarios sociales y políticos, respuesta que no solo les corresponde a las autoridades, sino, en mayor medida, a los padres de familia.
Por eso es importante apoyar y motivar las propuestas de participación ciudadana que se abren desde el colegio, como la elección de personeros y contralores, para que este ejercicio se asuma con responsabilidad y madurez. Hay que resaltar la programación de capacitación que propone la Contraloría Municipal con jóvenes vallenatos.
En una primera actividad, el ente de control realizó hace poco una capacitación con estudiantes aspirantes a contralores escolares sobre ética pública, jornada en la que además les explicaron las funciones de esta figura de control social en los entes educativos. Que incluyan el tema de la ética para que los estudiantes analicen el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, es un avance para reconocer.
Este es el tercer año de esta estrategia que busca dar resultados en el corto plazo. Esta generación que se forma en el marco de la ética, tiene algo diferente en qué pensar. Y es más meritorio el esfuerzo porque la semilla se está sembrando en las escuelas públicas, donde las falencias son mayores en la comunidad educativa que viene de ambientes más difíciles.
La conciencia ciudadana que se genera frente a lo público desde las contralorías escolares en Valledupar es un propósito muy importante que debe seguir en construcción.
El hecho de que los jóvenes asuman la actitud de cuidar lo público, en el escenario de que están velando por sus propios intereses, es un logro significativo, al convertirse en veedores del buen uso de los bienes de cada institución educativa y de su entorno.