En estos días de recogimiento, descanso y demás, escuché en un par de tertulias a las que asistí, que el estrés laboral es el mal moderno que agobia nuestras vidas. Me di a la tarea de leer acerca de este fenómeno y encontré un articulo del el psicólogo Robert Maurer, quien plantea que el estrés no existe.
De acuerdo con Maurer, la respiración superficial, tensión muscular, dolor de cuello y espalda, la dificultad para dormir y la pérdida de interés en placeres habituales generalmente relacionados con el estrés, también se encuentran íntimamente relacionados con una sensación que todos hemos experimentado, pero a la que preferimos prestar poca atención: el miedo.
El experto ha estudiado este tema por los últimos veinte años, centrándose principalmente en los hábitos de grandes CEO y personas exitosas, concluyendo que, si bien estos individuos experimentan estrés, no lo hacen de la misma forma que el resto de las personas. En realidad ni siquiera lo definen como tal, ya que por lo general sustituyen esta palabra con “presión” o “incertidumbre”.
¿Por qué estas personas prefieren la palabra “miedo” al término “estrés”? De acuerdo con el experto, las personas de éxito asumen que cada vez que están haciendo algo importante es normal experimentar miedo, y tienen razón; cada especie de animales ha desarrollado un importante sistema de respuesta ante el miedo, en el caso de los seres humanos, particularmente de los líderes, esta respuesta parece ser hallada en el apoyo de un equipo de trabajo.
Esta respuesta es similar a la de un niño que tras una pesadilla nocturna corre a la cama de sus padres en busca de aliviar su temor. Estudios con adultos han encontrado que este impulso permanece durante etapas posteriores de la vida humana. Pedir ayuda a otros puede reducir la ansiedad, incrementar la longevidad y es esencial para mejorar el rendimiento individual y colectivo de un equipo de trabajo.
Estimados lectores ¿será que el estrés laboral es mas una sensación de miedo? De ahí la importancia de que las organizaciones promuevan la comunicación entre miembros de distintos departamentos y el trabajo colaborativo en un ambiente de confianza y respeto que incentive la retroalimentación y a su vez permita a sus colaboradores despojarse de sus miedos y preocupaciones.
Las relaciones entre colaboradores pueden ayudar a dispersar el miedo en toda la organización y evitan que los individuos lidien con esa carga de manera aislada, protegiendo su salud emocional, mental e incluso física, ya que este ambiente de trabajo genera una sensación de seguridad que contribuye a su vez al desarrollo de nuevas habilidades y la erradicación de los episodios de miedo que obstaculizan la creatividad.