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Están como la estatua de las almojabaneras… bajo el sol y la lluvia.

Así permanecen las almojabaneras del municipio de La Paz al momento de salir a vender sus productos porque aparentemente el parque no tiene lugar adecuado para refugiarse del sol. fotos/Joaquín Ramírez

Yajaira Sera Pertúz madruga a diario, desde hace más de 10 años, para poder realizar el manjar exclusivo de la tierra pacífica, la almojábana.
A las 3:00 a.m. su reloj despertador, y hasta el biológico, le recuerda que es hora de levantarse para realizar una de las labores que mejor sabe hacer -al menos así lo comprueban las altas ventas diarias de sus ‘ponqués’ hechos a base de maíz, queso, azúcar y bicarbonato-. Durante tres horas Yajaira los prepara, los hornea, se alista y sale.
Con una pañoleta o especie de base de trapo en la cabeza; también llamada bongo, para sostener la bandeja, con camisa mangas largas encima, jeans, canguro y toda clase herramienta que la pueda proteger del candente sol, abre la puerta de su vivienda, donde deja durmiendo a sus tres hijos, a quienes vuelve a ver al finalizar la tarde, y se dispone a las 6:00 a.m. a caminar para llegar al lugar típico de encuentro del gremio almojabanero, la plaza central.
Al llegar a ese punto de reunión Yajaira se lamenta, porque aquel diseño que a principios del año pasado hicieron visibles algunos arquitectos para la remodelación de la plaza les está ocasionando al gremio ‘dolores de cabeza’, debido que al momento de comercializar sus productos los fuertes rayos del sol se convierten en dificultades.
En un retroceso del tiempo, Yajaira recuerda la frescura del ambiente lograda por un gigante árbol de caucho que le permitía a ella y sus compañeros disfrutar de la sombra, y aunque al paso de cada vehículo debían correr a ofrecer las almojábanas sabían que luego de eso podrían recurrir nuevamente al lugar que les devolvía el aliento.
Pero ahora el panorama es distinto un tanto desolador y lamentable. Aquel árbol por haber cumplido su vida útil tuvo que ser sustituido por una obra que fue la adecuación y mejoramiento del parque de la plaza de las almojabaneras del municipio de La Paz que, según la página web de Sistema Electrónico de Contratación Pública la interventoría superó los 27. 327.631 millones de pesos, que inició a principios de 2013, pero, al parecer, no fue la mejor opción tomada por las autoridades municipales, porque en la actualidad el gremio sufre las consecuencias de un lugar con poca sombra.
“Nos tienen en pleno sol, pensamos que nos iban a hacer un techo donde nos cobijáramos, pero no, nos quemamos día a día. Nos va a dar es un cáncer de piel” afirmó Yajaira.
Así como ella opina Nubia Pérez, otra de las 21 almojabaneras de la población con una experiencia de 31 años en este campo. Hace parte del gremio de 52 personas, divididos en dos grupos: mujeres y hombres por la implementación del Pico y Placa, que se acogió en la zona hace más de cuatro años, donde los hombres salen a vender un día y las féminas otro.
“Nos presentaron un plano donde, supuestamente, nos harían un kiosco, nos los cambiaron y nos resultaron dando un horno crematorio…”, dijo Pérez, debido que a partir de las 10:00 a.m. cuando el sol calienta de forma fuerte deben buscar refugio para evitarlo, pero debido a las pocas zonas de sombra muchas veces deben permanecer bajo los rayos del sol.
“El lugar lo hicieron porque nos quejamos, debido a que estaba en malas condiciones, pero el diseño lo trajeron de Bogotá, es para clima frío. Lo que pedimos es que nos siembren árboles, no palmeras. Nosotros le pedimos al alcalde que nos ayude, que se ponga en el lugar de nosotros” especificó Pérez.
Por su parte, Luz Alma Ariza Ramírez, otra mujer dedicada a esta fuerte labor recalcó “esta situación nos tiene incómodas, porque nosotros queríamos sombra, no un parque así, esto es un desierto, nos quemamos y ahora que estamos en tiempo de lluvia es peor, porque no tenemos un techo que nos cubra”.
Sol María Gutiérrez también expresó su inconformidad. “Este parque nos lo dejaron peor de lo que estaba, sin sombra. Anteriormente estaba mejor con los árboles frondosos. Cuando se hacen las 12 del día nos toca buscar refugio donde los vecinos, y si llueve aquí nos mojamos. Otra cosa, el parque debe ser libre y está encerrado, va uno a reposarse un rato y no puede, las entradas son lejanas”.
Y es que no sólo son las almojabaneras las que se quejan de la situación, sino también algunos pobladores, como Ricardo Antonio Bustillo Zuleta.
“Se les hicieron unas observaciones anticipadas a la administración y al ingeniero encargado de la obra por la cantidad de inconsistencias que el parque presentaba, una obra que presenta cerramiento, mientras que la plaza antigua era acogedora, hoy día no lo es, porque tampoco se realizó un puente peatonal para que las personas cruzaran la “Ye” hasta el parque de forma tranquila, porque hay que tener en cuenta que estas calles son bastantes transitadas”, dijo el habitante.
Ante esta situación las almojabaneras de La Paz le piden ayuda al Gobernador del Cesar para la arborización del emblemático sitio.
El proyecto del alcalde
En abril del 2013 el alcalde Wilson Rincón aseguró a varios medios de comunicación que el Parque de las Almojabaneras significaría un logro de la ciudad, un proyecto que constaba de la adecuación de la infraestructura, de un kiosco estilo Juan Valdez, donde visitantes y pacíficos pudieran sentarse a degustar del producto y los miembros del gremio pudieran protegerse de los factores atmosféricos propios de la naturaleza como el sol y la lluvia.
Pero al parecer, el objetivo inicial de la actual administración no se ha llevado a cabo según los habitantes de la población. El proyecto de más de 300 millones de pesos, que cuenta con un kiosco, que sería exclusivo para los vendedores de este producto, está sin uso.
Las almojábanas que cuestan 500 y 1.000 no pueden ser disfrutadas por visitantes y propios en el sitio que sería adecuado para esta actividad, por ello las mujeres que se dedican a venderlas se sienten tristes y decepcionadas de la administración actual, porque aparentemente no ha realizado gestión alguna para ayudarlas a tener un espacio más adecuado para sus negocios.
“No ha pasado nada”: Alcalde Rincón
Frente a la queja de las almojabaneras sobre el parque que se creó en su honor, el alcalde Wilson Rincón afirmó “esos árboles de caucho que estaban ahí y otros más que hay en el centro fueron erradicados dado que las raíces permanentemente parten los tubos de acueducto y alcantarillado y eso lo que hace es colmatar y generar una situación compleja de saneamiento básico”.
El gobernante local aseguró “una cosa es el parque, lo más bonito que hay en el centro, que ha gustado mucho porque es mítico y otra cosa el kiosco que se lo vamos a dar a Asoprolac, una asociación de personas que emergieron de la venta de gasolina y hoy se está formalizando. Ya les van a dar capital semilla con un proyecto que nosotros llamados ‘Reconversión sociolaboral’. Asoprolac está produciendo productos alternativos de la leche y estarán ahí (en el kiosco) con la exigencia de que lo único que pueden vender comestible es almojábana”.
Agregó que “en el Parque las Almojabaneras no ha pasado absolutamente nada, distinto a la espera del funcionamiento del kiosco”. Pero ¿Inicialmente el kiosco no era para las almojabaneras?, ante este interrogante el mandatario Rincón manifestó “eso es para las almojabaneras, el tema es que ellos no lo han tomado porque no se han puesto de acuerdo, por eso la asociación Asoprolac entrará a operar el kiosco”.
Con respecto a la sombra para las personas que venden las almojábanas en el parque, el administrador local expresó que la Alcaldía había sembrado tres árboles para mejorar la situación en el sitio.

 

Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co

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