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Estamos emputaos

Por: JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ

Yo, como muchos que no somos vallenatos de nacimiento, que somos la mayoría, tengo eterna gratitud con el Valle y esa gratitud genera cariño y por eso, altaneramente lo digo en voz alta y a los cuatro vientos, que yo quiero a Valledupar y me siento orgulloso de ser Villanuevero-Vallenato, de esos Villanueveros que tanto contribuyeron y siguen haciéndolo para el desarrollo de esta bella urbe.
Como quiero a Valledupar, me duelen sus problemas, me mortifica el deplorable estado en que se encuentra por la actitud irresponsable de los contratistas que adelantan las obras de acueducto y alcantarillado, que no sabemos quienes son, pero que solicitamos a Emdupar que públicamente diga sus nombres como también se nos informe si ya esas obras fueron terminadas y recibidas con el beneplácito también irresponsable de los interventores o por el contrario hay incumplimiento y están en mora de hacerle efectivo las pólizas de cumplimiento.
Me duele y me declaro indignado, para estar a la moda, que en el trayecto de la calle 16 hasta la 12 por la carrera 4, halla 80 o más troneras todavía sin tapar, por incumplimiento de  esos bellacos; estoy indignado porque en la calle 12 en todo sus recorrido no se pueda andar libremente, so riesgo de destruir el carro porque en cada cuadra hay una zanja profunda; indignado porque Novalito parece un campo bombardeado y las obras se adelantan a paso de morrocón, en vez de hacerlo a la velocidad del conejo o por que no. Estoy indignado de ver como en forma irresponsable resuelven taponar la carrera 9ª  con calle 12, con el pretexto de arreglar un inmenso hueco lleno de agua que allí se encuentra y varios días después quitarla las cintas sin haber hecho nada, me

equivoco, si hicieron, dañaron el semáforo que indica los cruces y ahora ahí es un verdadero caos vehicular. Eso es un abuso y nadie dice nada y si bajamos por la carrera 6ª  también la encontramos partida al igual que la calle 13B que está destruida.
En fin, por donde uno transite a pie o en carro, es lo mismo y lo mismo pasa con los bulevares que hace años no le ponen la mano y para la muestra  el que va desde el Éxito Las Flores hasta la carrera 23; para que hablar del famoso domino si ahí mismo en la carrera 16 con calle 14, sitio de empresarios, donde también hay una cantidad de lotes de engorde hechos unas montañas que solamente los limpian en verano porque alguien en forma irresponsable les mete un fosforo, hay un buen tramo sin pavimentar.
Caso aparte los parques, da grima y vergüenza visitarlos y a pesar de que el espacio se me acaba, hare alusión al que fue bello y gran centro de recreación, el de Los Cortijos que dan ganas de llorar yo lloro porque soy llorón, cuando me atrevo a llevar a Nando y José, mis nietos, a pasear en bicicleta con su otro abuelo Armando Díaz Cortes, vecino del sector que esta dispuesto a meterle el diente si le entregan el que fue un bello kiosco que allí se encuentra para recuperarlo y vender gaseosas y dulce, en vez de marihuana y drogas como oigo decir que esta pasando ahora.
En fin, ante esta tragedia, no griega, sino vallenata pasamos de estar indignados a estar “emputaos” con esos contratistas que irresponsablemente tienen  a Valledupar, ya no como modelo de aseo y belleza sino de desaseo y fealdad.
Lo que aquí escribo es verdad y no invento y no estoy haciendo oposición al gobierno de Fredys Socarras a quien decididamente ayude a elegir, sino ayudando a que Valledupar sea lo que antes fue, indicándoles donde se encuentran las falencias.

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