El análisis No Plastic in Nature: Evaluación de la ingestión de plásticos de Nature to People, preparado por Dalberg, basado en un estudio encargado por World Wildlife Fund (WWF) y realizado por la Universidad de Newcastle, Australia, sugiere que las personas consumen aproximadamente 2000 piezas pequeñas de plástico cada semana. Eso es aproximadamente 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año.
Esta investigación es el primer análisis global que combina datos de más de 50 estudios sobre la ingesta de microplásticos por personas. Marco Lambertini, Director General Internacional de WWF, sostiene que los hallazgos deben servir como una llamada de atención a los gobiernos, porque los plásticos no solo contaminan nuestros océanos y vías fluviales y matan la vida marina, también, están en todos nosotros y no podemos escapar al consumo de plásticos.
La fuente más grande de ingestión de plástico es a través del agua, tanto embotellada como en grifo, en todo el mundo. Las grandes variaciones regionales se reflejan nuevamente, con el doble de plástico que se encuentra en los Estados Unidos o la India que en el agua europea o indonesia
. De los consumibles estudiados, aquellos con los niveles de plástico más altos registrados son los mariscos, la cerveza y la sal. Los hallazgos del informe demuestran que el problema de la contaminación plástica es universal y afecta directamente a las personas. Las fugas de plástico en nuestro medio ambiente y cadena alimentaria se han encontrado hasta ahora con una respuesta global inadecuada por parte de los gobiernos.
El estudio de la Universidad de Newcastle, Australia, hace eco con la Alianza Loop, lanzada en la Reunión Anual 2019 del Foro Económico Mundial en Davos, cuyo objetivo es ayudar a introducir envases de cero residuos para poner fin a la contaminación plástica.
El Foro estima que más del 90% del plástico nunca se recicla, y cada año se descargan 8 millones de toneladas métricas de desechos plásticos en los océanos. Al utilizar su Iniciativa del sistema para forjar el futuro del consumo, quiere promover el consumo responsable y garantizar beneficios sostenibles para las empresas y la sociedad.
El contexto de la investigación y el enfoque de los propósitos de la economía circular son incipientes en Colombia. Según la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas, anualmente Colombia deja de percibir $2 billones por no reciclar desechos plásticos. De las 14 millones de toneladas generadas anualmente otros países están aprovechando el 100%, nosotros estamos mandando a los rellenos el 85% y 90% de los residuos.
Ante la problemática surgen las consideraciones de la economía circular como un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje. No obstante, más allá de las posibilidades de generar nuevos negocios, empleos y aportes al recaudo de impuestos, la gravedad de la situación exige que los gobiernos desempeñen un papel clave para que los fabricantes y consumidores seamos más responsables.
Los ciudadanos del mundo podemos partir del compromiso que gestiona el desuso de productos embotellados en plástico, como apuesta que coadyuve mitigando los impactos ambientales y por las implicaciones de salud pública en las que la especie humana expone su continuidad.
@LuchoDiaz12