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Está baratica, de un cacho

Son muchos los dinosaurios, no sapos, porque quien come sapo se muere, porque su carne es venenosa, que tendrá que comerse el Presidente Santos para conseguir que el proceso de pacificación del país sea un hecho y los colombianos tengamos la dicha de andar por cualquier rincón de la Patria sin miedo a que se lo lleven a temperar o que le peguen un tiro, porque este “camino ancho y luminoso” como decía el inolvidable ‘Pía’ Araujo, no tiene reversa.

Esto es pa’ lante, pa’ lante hasta llegar a un final feliz en este país que goza del privilegio de estar en el pódium de tener las mejores reservas hídricas del mundo, rico en todo, menos en tranquilidad y seguridad, pero cuando las obtengamos las vamos a gozar, pues para ello tendremos recursos económicos suficientes producto de los excedentes que hoy se utilizan para mantener una guerra fratricida y absurda, pues destinamos casi el 50% de nuestros recursos para implementarla y esa plata, varios cientos de billones en cuatro años alcanza y sobra y para todo lo que venga: indemnizaciones, reparaciones, adecuación de tierras, construcción de viviendas y vías, escenarios deportivos ultramodernos, universidades gratis y hospitales en óptimas condiciones.

En fin, que pasemos de ser uno de los países más desiguales a uno de los más justos y equitativos, en donde todos vivamos gozando de garantías para nuestros hijos y nietos.

En eso debe pensar las Farc y la ciudadanía escéptica, y no en que en tal parte este proceso duró 20 años, en otra 30, allá 25 y aquí todavía después de dos años no se ha terminado. Esto hay que acelerarlo con la chancleta a fondo, pues estamos, no en la época de la telegrafía en clave Morse, sino en la del celular que acorta distancias, costos y disminuye ostensiblemente el tiempo, y Colombia, acabada esta negra historia está destinada a ser la despensa alimentaria del mundo, pues tiene lo principal que son sus tierras con aguas corrientes y subterráneas para producir lo que en otras partes no se da, porque así lo dispuso Dios, que es el “chacho” de todo lo creado.
Presidente Santos, siga, Colombia lo quiere, siga, no decline, siga que esto como decimos aquí en el Valle “está ya baratica”, “de un cacho”, cuando nos referimos a algo que está al alcance inmediato.

Como nos gustaría que el Alcalde de La Paz le diera a la niñez de esa población el servicio de ‘El chorro de Pepe Castro’, aunque después los suspenda hasta cuando por fin termine el proceso de funcionamiento con Comfacesar. Alcalde, póngase mosca y vea también la posibilidad de repavimentar la vieja salida a Manaure que está intransitable, para poder llegar a comerse un delicioso pastelito donde Lucas Gnecco.

Jose_Aponte_Martinez: