Por Mary Daza Orozco
Un buen día le escuché a un amigo una frase que a pesar de su sencillez se me hizo luminosa, y fue (perdonen que no la diga, se encuentra en el libro), el detonante que necesitaba para escribir en letras, en nombres, en metáforas, en angustias, en recuerdos, en algunas lágrimas, en inventos que son la ficción, una historia que desde hacía tiempo venía tomando fuerza en mi mente.
Me senté a escribir, me costaba trabajo dejar de hacerlo, pero después de tantos años en el oficio del periodismo y la literatura, sé que las pausas son de importancia vital para el libro que va a aparecer como integrante del universo literario. Hoy el trabajo de unos meses está convertido en un libro con un título un tanto sugerente o sugestivo: Lo que tú quieras.
Me gustaría contar sobre su temática, pero eso lo dejaré para el día de la presentación, dieciséis de octubre, miércoles, a las seis y treinta de la tarde en el auditorio Banco de la República, ¡aunque llueva! Será una ceremonia sencilla en la que espero me acompañen mis amigos, los estudiantes, los colegas y los que todavía no son amigos, esa es una buena manera de comenzar a hacerlo a través de un libro, como queda explícito en la novela de la que hablo.
Los periodistas, mis colegas y amigos de tantos años, se han hecho cargo de promocionar mi libro, han invadido, literalmente, las redes sociales, me han invitado a programas radiales, a entrevistas, a comentarios, a ellos doy infinitas gracias: RPT Noticias; El Pilón; El país vallenato; Tu perfil punto net.; Caliente y picante, de Radio Guatapurí; La licuadora, también de Radio Guatapurí; Tarde, tinto y cañaguate, de la Voz del Cañaguate; el diario La Calle; Valledupar Noticias; Nocturna de RCN (nacional); El Tiempo. Todo mediante el trabajo callado pero muy activo de las periodistas Herlency Gutiérrez y Mildreth Zapata.
Esta vez son los periodistas los que presentan mi libro, eso para mí es de gran valía, el gremio unido, con una sonrisa, con la mano tendida a una colega que no hace sino admirarlos por el trabajo que desempeñan, yo sé de eso, claro que lo sé, lo trabajé con el alma en mi época más feliz a pesar de los temores, las tristezas, en fin a pesar de la vida con sus constantes veleidades. Ahora de vez en cuando no me aguanto el deseo de seguir siendo reportera y aparece una entrevista o una crónica.
Me he ubicado en la sección de opinión, con columnistas apreciados a los que también invito que me acompañen, sin distingos y a pesar de discusiones, que son comunes a través de las mismas columnas.
A mis lectores, los que gusten de la literatura, allí los espero para que tratemos de saber eso que dice ‘Lo que tú quieras’. ¿Se puede ser feliz si no haces los que tú quieras? Los espero.