La elección de personero municipal está más que cuestionada y no vemos horizonte claro ante el silencio de la organización: Concejo de Valledupar y el operador Corporación Universitaria de la Costa. Comprendemos que han pasado apenas algunas horas desde el bochornoso incidente; sin embargo, exigimos una explicación certera y creíble pues además de la imagen de los participantes, lo que está en tela de juicio es la confianza del proceso, y de qué manera.
¿Qué tiene que pasar, entonces, para que la confianza se recupere? En EL PILÓN seguimos evaluando en páginas, en primer lugar, el suceso tal cual como se presentó, valiéndonos de las voces de los involucrados.
Y tal como lo menciona Radio Guataurí en su editorial, son muchas las sombras de duda que se han posado sobre la elección del personero municipal.
Lo primero que debemos preguntarnos, además de dónde están las pruebas de los señalamientos, de por qué el personero actual no permitió aclarar la duda de tajo, en el lugar, es dónde están los organizadores que hacían presencia en el momento del examen y qué tienen para decir.
En medio de este embrollo lamentable quien consideramos puede y debe aclarar es el observador, coordinador o supervisor de la prueba que vigilaba el proceso en el aula de la Institución Educativa CASD Simón Bolívar, epicentro del examen, pues no tenemos otra instancia más responsable para hablar en neutro sobre el asunto que ellos.
No está de más la presencia de la Procuraduría General de la Nación, que adicional a brindar garantías en el proceso debería dar luces sobre la validez que puede tener un concurso abierto por un Concejo Municipal destituido e inhabilitado, que aunque podría insistir en que está en los tiempos para acatar la resolución, cuando la salida de su miembros se materialice el proceso de elección de personero ya tendrá muchos días de haber arrancado.
¿Es válido esto?, es decir, ¿inició el proceso con organizadores no idóneos? Todo esto sin olvidar que si un nuevo grupo de 16 concejales entra, a hacer parte de lo que corresponda en este concurso, estos no estarán conectados con el desarrollo del mismo de la manera que se espera, agregando más inquietudes que claridades. Pero esto es lo que al parecer ocurrirá.
Nos sumamos a la exigencias de respuestas a todos los señalamientos que ya conocemos, a las inquietudes planteadas por todos los medios de comunicación del municipio de Valledupar, a todo lo que hoy les presentamos en este editorial.
Ni más faltaba que el proceso para elegir al representante del Ministerio Público, el defensor de la dignidad y derechos humanos de la población, sea indigno y cuestionado, y nadie responda.