MI COLUMNA
Por Mary Daza Orozco
Carla Bruni fue rechazada por el Vaticano, sí, la top model esposa del presidente Sarkozy recibió la notificación en la que se le hacía saber que no era grata, que no era bienvenida y que no debía presentarse con su marido en la visita al Papa en la que se trataría el tema de la deportación de gitanos rumanos que ha hecho Francia. El mismo pontífice se mostró molesto por las fotografías de desnudos que la primera dama de Francia ha protagonizado en su vida como modelo.
Si bien la Iglesia tiene sus razones para tomar una determinación de esas, que respetamos, pero no compartimos, el mundo sonríe al recordar otras situaciones similares y más graves en las que la Iglesia no sólo no ha recibido a primeras damas sino que las ha exaltado, aunque sus vidas hayan sido poco edificantes: Eva Perón fue acogida por Pío XII y su imagen junto al Santo Padre todavía se encuentra en los libros que recogen esas historias, y el prelado le regaló un rosario de oro que Evita llevó enredado entre sus manos hasta la tumba; de Eva Perón todo el mundo conoce sus principios más ardorosos que los de la Bruni, pero que no menciono por el respeto reverencial que la mayoría de los argentinos le profesan, tanto que muchos la llaman Santa Evita.
Sea como fuere el Papa Pío XII recibió a una “pecadora” como lo enseñó Jesús que dio los más grandes ejemplos de “rescatar las ovejas perdidas”, no sólo a la socorrida Magdalena, sino a muchas que eran vilipendiadas por el machismo feroz de esos tiempos.
Creo que ahora era un momento oportuno para que el Pontífice llamara al recato a la primera dama francesa, italiana además, y tratar de convencerla para que deje la vida de top model y todos esos “horribles pecados” de desnudos que ha protagonizado.
Si el Vaticano se dedicara a recibir a las personas por su santidad o por sus vidas correctas muy pocos irían, además estaría lejano de la caridad que Cristo predicó, pero no, cada vez llegan jefes de estado que son atendidos ignorándose sus deshonestidades y los tratos nada santos con sus gobernados; los políticos corruptos que van constantemente a besar las manos del pastor, lo pederastas, los pedófilos, los hombres que han incitado al aborto a muchas mujeres y luego posan de almas pías, los mafiosos, los depredadores de sus pueblos, y crece la audiencia…, y esos señores llegan vestidos con sus mejores galas y son visitas gratas para el pequeño estado pontificio, y resuena en el mundo esa sentencia inmortal: “… el que está libre de pecado que tire la primera piedra”.
Parece mentira que en pleno siglo XXI un mujer, que lo único que sabe hacer es modelar sea rechazada y un gay Jean –Loup Kull- Delforge sea también rechazado como embajador de Francia por su condición sexual. ¿A qué se juega? En las filas de la Iglesia se registran ministros que también han errado y no han sido condenados públicamente. Es una posición que uno no entiende, no se le encuentra solidez o mejor dicho, no muestra equidad.
No soy una defensora de Carla Bruni, exactamente, sino de un mejor trato para los que están en el error, de un trato justo para las personas que no somos divinas, que por nuestra condición humana merecemos oportunidades para replantear la vida. En todo caso: “Doctores tiene la Madre Iglesia que pueden responder”, lo malo es que no responden…