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Escultura en cera, lenguaje funeral de Omar Geles

El mejor homenaje a un artista se lo hacen sus obras musicales, y los del formato vallenato no son la excepción, y menos ahora, en un mundo digital cambiante, por efecto de las nuevas tecnologías, legado que supo valorar la Unesco, como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, proeza que tiene el sello de nuestros juglares y el acabado del relevo generacional de cantantes, compositores, acordeoneros, cajeros, guacharaqueros, bajistas, coristas, productores e intérpretes en general.

Una imagen puede convertir un momento en eternidad y Omar Geles además de saber conectar con su público, tuvo la dicha, la gran fortuna y satisfacción de ser homenajeado en vida por la Gobernación del Cesar, al develarse en su honor la escultura en cera que retrata la estampa física del hombre de las mil canciones.

En diciembre la réplica estará en el Hall de la Fama del Centro Cultura de la Música Vallenata, cuando se prevé el acto inaugural de la monumental obra que Carlos Quintero Romero describe como una alegoría bien concebida respecto a un diseño expresionista abstracto y un homenaje a la naturaleza de Valledupar con el palo de mango, con más innovación, espacio teatral, y creatividad que el Centro Cultural de Copenhague, la capital de Dinamarca, país nórdico.

Esta obra de arte que simboliza a Omar Geles, tras su deceso a los 57 años, se une a la galería de homenajeados, con antelación y en vida, Alfredo Gutiérrez, y homenaje póstumo a Leandro Díaz, estatuas que de la misma manera estarán en el salón de la Fama, una vez concluya la construcción de la edificación o casa del vallenato.

Es relevante la consolidación de la música vallenata como filón económico en el ámbito nacional e internacional, amigable con el medio ambiente, inserto en políticas medioambientales en el corredor de la vida, antes corredor minero, por el denominador común de extraer carbón en El Paso, La Jagua de Ibirico, Agustín Codazzi, Chiriguaná y Becerril, municipios que avanzan hacia la diversificación de sus economías.

La economía debe desacelerar sus ramas más depredadoras, la de mayor aceleración antrópica, y acomodar los tiempos del crecimiento económico al equilibrio de la vida en el planeta, en consonancia con las energías limpias, sin que sea un capricho el decrecimiento económico, porque acelerar la economía es obrar en contraposición a los números y dictados de la ciencia que predice el fin de la humanidad por cuenta del Calentamiento Global.

Las energías alternativas para descarbonizar al Cesar están a la orden del día y provienen de fuentes distintas al petróleo, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, esta última derivada del aprovechamiento del calor del interior de la tierra, que se transmite a través de los cuerpos de roca o piedras calientes.

El mundo es consciente del impacto del Cambio Climático que repercute en altas temperaturas, avalanchas, inundaciones y tsunamis, entre otros fenómenos naturales provocados por la actividad humana, drama que alienta al gobierno del presidente Gustavo Petro a promover la ley de inversiones forzosas para que el sector financiero (los Bancos) destine el 5 % de sus depósitos a la compra de títulos de desarrollo agropecuario y otros sectores económicos, con el fin de dar más créditos a la industria, el agro, las energías renovables y el turismo.

Aún sin descubrir el potencial que representa el turismo, ya es visto como una fortaleza por los ojos de Colombia y el mundo, asegura el gran antropólogo, ambientalista, cineasta y escritor canadiense Wade Davis, citado por el Diario EL PILÓN.

Miguel Aroca Yepes.

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